Malestar General
Desafortunadamente nunca estamos a gusto, siempre hay algo que nos molesta, siempre, unas veces el pelo, otras la comida, las personas, otras el sexo, otras llegar pronto, o tarde, o no llegar, ..., nos molesta estar molesto.
Como vivimos siempre egoístamente pendientes del mundo aparece en nosotros esa envidia permanente que nos impide ser felices. Sí, efectivamente, es fácil decirlo y muy difícil poder llegar a poseer el sentimiento de la felicidad. ¿Por qué? Repito, todo nos molesta.
Si existiera un medicamento para sanar a las personas egoístas, envidiosas, absurdas, adictas, incultas (que se creen lo contrario), ..., personas nocivas al fin y al cabo cuyo único interés es, quizás, no preocuparse por ser buenas personas y centrarse en todas esas cosas incoherentes e incomprensibles que usan las "personas" que habitan un espacio sin dar sentido a una vida, a la suya o a la vida de otra persona si no son capaces de ser felices para sí mismos, ese medicamento y esas personas no lo tomarían puesto que no verían razón de hacerlo. Ellos son así, "felices".
La excusa que presentan las personas ilógicas es siempre la misma: la culpa es de los demás, siempre. Yo no soy mala persona, tú me haces serlo. El mundo en el que vivimos, con sus vicios contraídos, es el culpable de nuestros males, ese mismo mundo que a todo el mundo les da las mismas oportunidades y unos aprovechan y otros no y, estos, los que no aprovechan las oportunidades, son los que se hunden en la miseria humana con sus "pecados" capitales, lo he dicho mil veces, esos ateos que se enterrarán cristianamente pidiendo el perdón al morir que nunca pidieron durante su vida, esos envidiosos lastrados por su exceso de materialismo o esos codiciosos inmunes contra la bondad.
A todos ellos, a los codiciosos, a los egoístas, a los débiles de ambición, a los incoherentes, a los perversos, a todos ellos les duele la cabeza a pesar de tener un cerebro vacunado contra el dolor, les duele el alma sin saberlo, les duelen las piernas de no avanzar y los brazos de no levantarlos. Les duele reconocer el buen hacer de los otros, de aquellos que buscaron el éxito personal consiguiéndolo o no, les duele saber la verdad, les duele no dormir tranquilos y les duele, quizás sin saberlo, no tener conciencia.
Les molesta que alguien les aconseje cuando saben que ese consejo es lo más positivo que le han dicho en años, les molesta hasta hacer las cosas como se deben hacer cuando no ha sido por iniciativa propia. Ellos, ya digo, no quieren consejos, ellos saben lo que tienen que hacer.
A la gente le molesta hasta el no saber y siempre tendrán a mano una rectificación del tipo "ya lo sabía", huyen de una conversación culta, educada e instructiva porque les molesta el saber de los demás.
Nos molestan hasta las molestias de los demás, con eso del "a mi más", ¿te duele? Pues a mí más. ¿Tu problema? El mío es mas grande.
Nos molesta no ser felices pero más aún la felicidad de los demás. Nos molesta que nos cojan en nuestras mentiras, nos molesta ver que nuestros planes fallan (y nosotros también).
Nos molesta no ser felices pero más aún la felicidad de los demás. Nos molesta que nos cojan en nuestras mentiras, nos molesta ver que nuestros planes fallan (y nosotros también).
Vivimos en un constante agobio por aparentar estar más agobiado que los demás. Realmente nos dan igual los problemas de los demás, nosotros sólo queremos mostrar los nuestros y, por supuesto, que sean superiores a todos los demás.
Nuestras molestias se centran en la incapacidad de ser mínimamente una persona lógica y coherente. Nos molesta estar molesto, ya digo, y nos molesta que los demás no se molesten, porque una molestia es un esfuerzo si se hace por los demás y una incapacidad si la tenemos que hacer nosotros.
Malestar general o mal estar, todo o nada, no sabemos estar y, cuando estamos, nos sentimos mal.
Nuestras molestias se centran en la incapacidad de ser mínimamente una persona lógica y coherente. Nos molesta estar molesto, ya digo, y nos molesta que los demás no se molesten, porque una molestia es un esfuerzo si se hace por los demás y una incapacidad si la tenemos que hacer nosotros.
Malestar general o mal estar, todo o nada, no sabemos estar y, cuando estamos, nos sentimos mal.
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