Los cargadores de conciencias ...
Ya sabemos, y si no lo podemos comprobar, que existen infinidad de tipos de personas. Cada una vive de una manera, unas son buenas, otras lo parecen, unas son trabajadoras, otras no, unas son sensatas, otras insensatas, unas limpias, otras sucias, ..., y así podemos enumerar tantos adjetivos como personas diferentes hay. Y con todos hay que convivir.
Pero claro, tener que convivir no significa aprobar lo que hacen, no significa que tengamos que amar a quien nunca se ganó nuestro amor, ni aconsejar a quien nunca nos pidió consejo. Convivir socialmente significa tener que hablar con todo el mundo, con las personas estúpida incluidas, esas que nos harán plantearnos que ser una persona amable cuesta, a veces, mucho trabajo.
Y hay que aguantarse porque
Pero lo que no debemos consentir es que nadie venga a cargarnos la conciencia, porque cuando una persona imbécil, idiota o lo que quiera que sea que ha elegido ser en su vida lo es, lo es y punto. Nadie puede evitarlo. Simplemente tenemos que convivir el esa persona pero nunca que abuse de nuestra bondad. Y cuando creamos haber conseguido superar el tratar a un memo engreído como a un memo engreído vendrán voces cercanas que intentarán coartar tu libertad diciéndote que ayudes a quien no se lo merece, que no le tengas en cuenta el mal que te hizo, que les una oportunidad (que más bien sería otra, y ya no sabes cuántas llevas).
Razonando lo razonable, razón tiene quien vivió y padeció y nunca quien creyéndose con razones suficientes, acercó a las conciencias la insconciencia, llenando a las buenas personas de dudas sobre si hacer o no, porque hay daños colaterales de difícil explicación.
No nos engañemos, las personas ridículas lo serán toda la vida, nunca harán nada por nosotros que les cueste trabajo hacer. Sólo nos cargarán de un peso que no tenemos que soportar, de una conciencia que tuvimos siempre limpia porque trabajamos para tenerla así, nos cargarán para que seamos aquello que ellas nunca fueron capaces de ser: libres e independientes.
Y en la libertad y en la independencia estará nuestra objetividad, que es lo que nuestra conciencia necesita. No daré un paso adelante o atrás porque alguien me lo diga, lo daré porque considere que debo darlo.
Y el cargante puede molestar, puede incluso llegar a ser insoportable, por eso, hemos de ser libres para todo y quitarnos fácilmente esa carga, que no es nuestra, será de otra persona a la que le pesa demasiado y quiere "compartirla".
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