Cuando creemos que es amor

Si la madurez de las personas fuera cierta, seríamos mucho más felices.

La inercia nos lleva a vivir un montón de situaciones o vivencias que creemos normales por el momento de nuestra vida en que nos toca vivir esos momentos. Jugamos porque los niños juegan, nos echamos una pareja porque es lo normal en la adolescencia, incluso nos casamos si llevamos varios años con nuestra pareja, tenemos un hijo porque es lo que toca en ese momento, y, en la mayoria de los casos, nos separamos porque todo lo que hicimos previamente fueron errores y no sirvió para nada. ¿Por qué no sirve? Básicamente por la falta de madurez y por ello volvemos a cometer los mismos errores, todos los errores que nos llevaron al fracaso. Y así nos va.

Creemos que las situaciones que vivimos nos aportan experiencia, saber estar o incluso sabiduría, pero nada más lejos de realidad. Cuánta gente hay que creyéndose resabiado de anteriores vivencias vuelven a caer en los mismos errores del pasado. Evidentemente esa gente puede creerse experta en determinadas situaciones, pero inconscientes de la propia vida porque sus experiencias no le sirvieron para nada. Esas personas nunca tomaron decisiones y, cuando forzosamente tuvieron que hacerlo, decidieron conforme a los "consejos" de otras personas. La falta de personalidad es la principal causa de fracaso y, cuando dejas de rectificar, el fracaso se hace vida.

No podemos ir por la vida haciendo lo que otra persona nos dice que hagamos, no podemos decir únicamente "y yo", no podemos inhalar el aire que otros sueltan, porque puede estar contaminado.

Y como ya dije, el amor lo mueve todo, pero sólo si es verdaderamente amor. No vale, como digo, un "y yo", eso es copiar vulgarmente.

Y es que el amor confunde, porque creemos que sentimos mariposas cuando posiblemente en realidad sea un calentón, porque creemos que sin esa persona nos sentimos vacías cuando en realidad estamos llenos de avaricia, porque creemos que no habrá otra persona y no nos ponemos ni tan siquiera a buscar, porque creemos en cualquiera menos en nosotros, porque creemos que es amor.

En la mayoría de los casos el camino no es el correcto, creímos siempre que ese era el sendero que llevaba a la felicidad, al bienestar, y nos dimos cuenta a mitad de ese caminar que no era lo que esperábamos. Pero eso no es lo triste, lo triste es darnos cuenta y no hacer nada, bueno, el no hacer nada es continuar por ese camino convertido en tortura, sufriendo tormentas a diario y esperando a ver si mañana algo cambia (por el azar) y tenemos un día más tranquilo.

El amor es sacrificio, el amor es no dejar nada para mañana, el amor es hacer frente, el amor es personalidad, es decir lo que haya que decir, el amor es arrancar y servir, estirar o cortar, el amor es disfrutar, el amor es ver crecer o sufrir viendo morir, el amor es un digno caminar.