Dar el paso

Que cada persona vive su vida como le da la gana es algo que no podemos juzgar, evidentemente dentro de unos límites debidamente establecidos por cada persona, en principio. Que la forma de vivir puede no gustarnos es algo tan indiscutible como que hay que respetar a toda la gente, haga lo que haga y diga lo que diga. Respetar no implica molestarte por esas acciones que los demás pueden llevar a cabo, sólo implica alejarte de esas tendencias contrarias a tus gustos si así nos sentimos mejor.

Pero claro, toda actitud conlleva unos pros y unos contras. Quizás la excusa que utilicemos cuando nuestra actitud no es la idónea para afrontar ciertas adversidades no sea la correcta, por ejemplo "es que no sirvo para eso", "es que lo paso mal en esas situaciones", ..., pero claro, como poderla utilizar evidentemente la podemos utilizar, nada ni nadie nos lo puede prohibir, pero ... la vida nos pedirá en determinados momentos dar un paso aunque no nos guste o aunque se pase mal.

Y todo se puede entender, pero repito, no valen excusas absurdas para no dar ese paso que a nadie, absolutamente a nadie, le gusta dar.
¿Qué implica dar ese paso? Al menos disposición. Luego podremos dar ese paso de forma correcta o podremos equivocarnos al darlo, pero nadie podrá discutir nuestra disposición, esa que otras personas no tuvieron.

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Porque dar el paso significa complicarse la vida. No darlo significa conformarte, quedarte en el lado de los que prefieren perder con tal de no molestarse, huir de las responsabilidades o, simplemente, esconderse sin ocultarte, un "aquí estoy pero conmigo no cuentes".

¿Por quién has de dar ese paso? ¿Realmente crees que es por los demás? La mayoría de las veces no nos paramos a pensar por qué o por quién hacemos las cosas, mas aun cuando se requiere un esfuerzo más o menos grande. Quizás pensemos que si fuese por nosotros no nos molestaríamos, evidentemente nuestra persona no se incomodaría pero tampoco aprendería y no se enriquecería como tal, pensando en un futuro más o menos lejano en el que mostrarnos como alguien con quien se puede contar. Si miramos exclusivamente a los demás nunca haríamos nada, por eso no se trata de demostrar nada a nadie, se trata de querer hacer tu camino y ser tú, con tus defectos y tus virtudes, pero con una fuerza tal que te haga al menos levantarte del sofá y enseñarte quién eres realmente.

Así, sentirás que ocupas un lugar privilegiado porque hiciste algo que los demás no hicieron, que fuiste el primero en dar ese paso que nadie quería dar, que llegaste a donde otros no llegaron. 
Y la vida sigue, y seguirán dando pasos aquellas personas que quieran hacerlo, los demás, que sigan sentados esperando qué cuentan las noticias o qué dice el "sálvame".

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