Ser fiel a tu filosofía

Si es que la tienes.
Las personas vivimos el día a día sin pensar en mañana, en consecuencias, en los demás o incluso en mí mismo. Nadie practica la filosofía, el arte de saber, de saber lo que sea, que no es jugar bien al padel o vender bien tu producto. La filosofía es vivir estudiando la vida, preocupándonos de los problemas que van apareciendo a partir de la propia existencia y pasando por el conocimiento, la moral, la belleza, la mente, el lenguaje o la misma verdad.
Partiendo de estos principios, la gente no es fiel a sí misma o es que ni siquiera tiene una filosofía que le guíe en su camino. Vivimos en una sociedad en la que ni nos planteamos qué hacemos o qué podemos hacer, donde nuestro conocimiento no llega más allá de las preocupaciones propias del ser humano español actual como ¿qué como hoy? o "ya me queda media hora para salir del trabajo" (el que lo tenga, que será de los más listos).
No hay moral, todo vale, no nos preocupamos por estar guapos o guapas para nosotros mismos, sin pensar en nadie más, no nos preocupamos en ser reales, en estar en posesión de la verdad, en ser nosotros, en llegar a ser o en cultivar y seguir cultivando nuestra mente. No nos cuidamos, por norma general nos da igual estar guapos o guapas, vestir acorde a ello, tener una moral verdadera o hablar conforme a nuestros principios y ser fiel a ellos.


La fidelidad hay que ganársela con los demás y los demás conmigo, si actúo conforme a unos principios filosóficos objetivos lo tendré todo de mi lado, descansaré por la noche y comeré todos los días, tendré un trabajo y educaré a mis hijos positivamente. No vale predicar mi filosofía pregonando el ser o estar en determinadas situaciones si luego voy y soy lo contrario a lo que digo.
Hay ejemplos todos los días, en tu vida diaria o en televisión, de personas que te quieren convencer lo "reales" que son y luego resultan una mala copia de alguien que sí fue.
Podríamos hablar del Bardem pro-palestino que decidió que su hijo naciera en un hospital de capital israelí, de Sánchez-Gordillo que no paga el agua y la cobra a los vecinos, de Armstrong que lideraba una fundación pro-salud y luego se dopaba hasta los ojos, de Mourinho, que todo el mundo es malo menos él, de Rajoy que iba a salvar el país con su filosofía y lo está hundiendo poco a poco hasta que alguien lo salve, de Zapatero hasta que se dedicó a sus zapatos, ..., incluso de los propios seres como tú porque no hay que irse a los famosos para ver lo difícil que es serle fiel a una filosofía que has creado, todas son válidas porque todas buscan el saber hacer, el ser, el estar, no vale una filosofía de dormir catorce horas diarias ni una filosofía de que críen mis hijos los demás, no vale aparentar ser y no serlo, no vale ser infiel a mí mismo.

Ser fiel a una filosofía que te has propuesto seguir es difícil, sobre todo cuando aparecen los problemas que has de solucionar siguiendo los consejos de tu filosofía pero te reportará el sentimiento que todo ser humano busca, la paz, el haber hecho las cosas como tu mente te dictaba o cuando menos el haberlo intentado.

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