La Extrañada Humildad

Vivimos en una época y en una sociedad en la que tenemos que parecer ser antes de ser. Esa humildad de la clase trabajadora desapareció, qué contradicción, cuando la clase trabajadora dejó de tener clase y trabajo. Posiblemente todo bien material empezó a estar al alcance de todos, coches, casas, motos, ..., y aquello tan preciado por quien la tiene, la humildad propia del inteligente, ese bien inmaterial tan escaso, desapareció de las prioridades humanas.

No reconocemos nuestros fallos, nuestros errores, siempre habrá alguien a quien echarle la culpa con aquel "... es que ..." Da igual que tengamos cinco o cincuenta años, no habiendo madurez, no hay humildad, no habiendo inteligencia, no hay sensatez.
Podemos hablar de crisis, podemos hablar de castigo, podemos hablar de que todo el mundo al final tiene lo que se merece, que el tiempo pone a cada uno en su sitio, que para aconsejar hay que experimentar, que para tener éxito hay que arriesgar, que sin pasión no se debería de vivir, que sin ganas todo es aburrido y feo.

La vida feliz está al alcance de todos, sin bienes materiales pero con personalidad, sin un gran trabajo y sin grandes deudas, con o sin familia, con la pasión de hacer lo que te gusta y con aquello que ha de tener desde un García hasta un Borbón, la humilidad, ese bien tan preciado para futuras generaciones y que está en peligro de extinción, lo demás sobra ...

"El orgullo divide a los hombres. La humildad los une." Sócrates

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