Creando Enemistades

Las bondades de las personas se pueden medir por sus acciones más que por sus apariencias.
Hay quien vive en un mar de apariencias, creyendo hacer ver al prójimo el lado más amable, más simpático o en definitiva más "amigo" de su aparente ser.


Pero claro, hay dos formas de vivir, una aparentando ser una persona, una persona de mentira, una persona guiada por los demás, por lo que los demás quieren ver en ti, una persona manejada por la sociedad, y otra vivir siendo auténtico, con sus pros y sus contras pero sabiendo que vivirás y actuarás conforme a lo que tu mente y tu corazón te indiquen. Nunca estas indicaciones irán en sentido contrario al sentido común, un sentido que a pesar de llamarse "común" no adquiere esa cualidad por ser, por desgracia, inusual.
Si vivimos aparentando tendremos cientos de "amigos", incluso miles, "amigos" que también aparentan ser o estar, "amigos" que nos dejarán solos cuando los necesitemos porque nunca fueron esos "amigos" que creíamos que eran.
Si vivimos sin aparentar, tendremos dos o tres amigos, sin comillas, amigos que serán, que estarán, que sentirán por nosotros, amigos que valen por cientos o miles, auténticos amigos.
Un gesto anónimo, un estar en lugar de querer estar, una llamada en lugar de un "iba a llamarte", un abrazo en el lugar de un saludo, un acto en el lugar de una apariencia.

¿Qué es la amistad? ¿Y la enemistad? Nunca perder una amistad fue síntoma de haberla tenido, una amistad no se pierde, quizás se duerma ... pero nunca se pierde.

No quiero una sonrisa hacia mí como un acto válido, quiero un acto válido que me haga sonreír.

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