Hoy por mi

No dejo de observar los movimientos morales de la gente. Las personas piden, lloran de mentira, muestran pena y guardan para ellos sus beneficios personales entendiendo que son sólo suyos. Rara vez se le escucha la frase "aquí estoy para lo que necesites" (dicha sinceramente) porque su frase favorita es "ahora mismo no puedo".
Porque cuando necesitas a esas personas aparece una excusa real y propia del tipo "te ayudaré si no tengo nada mejor que hacer y no me causa una molestia". Ofrecemos ayuda de manera falsa y alejada de cualquier parecido con la bondad o la amabilidad.
Lo contrario al egocentrismo social no puede ser conformarse con esas frases y entregar todo lo que tu conciencia te dicte. A veces, sólo a veces, hay que discutir con tu propia conciencia haciéndole ver tu disconformidad con las injusticias. Si hoy no hacen algo por ti, ni mañana, ni nunca, no puedes estar siempre que se te necesite (aunque realmente no te necesiten). La necesidad de necesitarte sólo la tienen aquellas personas que te quieren realmente, no las que te necesitan sólo por su interés o por crearte una incomodidad y que cumplas con una obligación moral únicamente impuesta por ti y por nadie más.


Si quieres (o no) hacer algo sólo tú puedes obligarte a hacerlo, nadie más. No hay que dar explicaciones a nadie cuando no quieres hacer algo porque cuando se dan explicaciones sin que nadie te las pidas ... algo no se está haciendo bien. La calificación que te otorguen por no hacer ese algo depende de los demás. Ciertamente hay situaciones en las que, te guste o no, has de estar, pero esas son cuestiones más profundas, muchísimo más morales.

Y el camino vuelve al principio. Todos los pasos que dimos mirando antes por nosotros cuando fuimos quienes ofrecimos ayuda no sirvieron para nada. Son pasos en falso, huellas de pasos que se pierden en el desierto de nuestras vidas y que evidencian que nunca estuviste, que nunca fuiste.

No son los que están, son los que quieren estar. No son los que están hoy, son los que permanecen. No son los que llegan, hablan y se van, no, son los que aguantan aunque no haya nada que decir.
Miramos por nosotros sin importarnos los demás a no ser que necesitemos su ayuda, entonces vamos. Apreciamos todo aquello que nos dan y detestamos dar.

Y no aprenderemos, al contrario, cada vez quedan menos personas dignas de ser llamadas seres humanos. Hoy por mi, mañana también. Lo tuyo puede esperar y, esperando, me quedé sin fuerzas para seguir luchando. Y la vida se va ...

Comentarios

Entradas populares