Hay quien dice que fui yo ...

El primero en olvidar ... cuando conocí a mademoiselle Amsterdam.

Y desafiando el oleaje, sin timón ni timonel, por mis sueños va, ligero de equipaje ... mi corazón de viaje, luciendo los tatuajes de un pasado bucanero ...

De un no te quiero querer, y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar, al país donde los sabios se retiran del agravio de buscar labios que sacan de quicio ...

Mentiras que ganan juicios tan sumarios que envilecen ...

Y comprendí que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver ...

Peces de ciudad ...


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