Meditar entre el arrebato y la inteligencia

En el mundo en el que vivo no abunda precisamente la bondad, la generosidad, el altruismo o la sensatez, entre otras cosas, muy al contrario lo que sobra es la maldad, el egoísmo, el interés o la imprudencia.
Aunque posiblemente no te des cuenta de ello de una forma clara, todas esas cualidades desconfiadas, pícaras o malintencionadas pueden desembocar en una defensa personal ante ellas y convertir esas cualidades que creías controladas como parte tuya aunque no te guste. La mala persona será siempre mala, pero hay algunas que no saben en qué dirección encaminar su vida, todo dependerá de con quien camine.

Está claro que la personalidad está ahí, que la predisposición personal de cada individuo marcará en gran medida por dónde ir, pero siempre hemos de luchar contra todo, contra no ser lelo o contra no ser malo, y todo es alcanzable si ponemos empeño en ello, pero esa lucha, creedme, es muy difícil de conseguir. Ha de ser constante y voluntariosa, cada día, cada hora, cada momento en el que dudes sobre qué hacer o sobre qué decir, piensa, razona y actúa.
Dejarse llevar por el ímpetu o por el impulso de un momento dado puede acarrearnos dolores de cabeza, porque tras meditar en qué hicimos, no estamos contentos con ello, diremos "de haberlo pensado mejor habría actuado de otra forma". Ese es el tema.


Siempre hay voces que intentan dirigirte hacia un lado o hacia otro, siempre habrá alguien que con maldad procurará convencerte de que es mejor que le hagas caso, pero no estará mirando por ti, estará mirando su interés. Por eso hemos de ser independientes, entender que si acertamos será por nuestras actuaciones y, si erramos, será igualmente por cómo hicimos las cosas. Nunca podremos culpar a nadie de nuestros fallos.
Pero sí, uno de los motivos por los que vivimos con alguien es para acusar, para echar culpas, a nuestra pareja, a nuestros "amigos", a nuestros vecinos, a nuestros padres o hijos, al gobierno, ..., a todos, cuando cometamos un error culparemos de ello a alguien para así tener nuestra "conciencia" tranquila.

Evidentemente es mas que probable que vincules tu destino al de otras personas al tratar de vivir comúnmente, conformándote sin desafiar, alegrándote por cosas que surgieron del azar o del éxito de los demás y culpando al destino de tu mala suerte.
Y sí, crees controlar, crees ser, crees que puedes presumir de hacer las cosas correctamente, puedes percibir los sonidos que otra persona produce, pero ¿prestas atención a lo que dice? Si lo haces, medita sobre lo que escuchas y de una manera más o menos inteligente, lo que humildemente te dé tu capacidad de razonar, actúa en consecuencia

Elige ser bufón o cauto y sensato. Elige hacer reír o hacer pensar. Elige cegar o hacer ver. Elige, elige tú, que nadie lo haga por ti y, si quieres, acusa al destino de tu fortuna, pero no acuses a nadie.

Sé lo que tu quieres ser.

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