Personas

 Primera, segunda o tercera persona, todas cuentan.

Si hablamos de (en) primera persona no tiene porqué tratarse de egoísmo. Hemos de representar para nosotros mismos los valores que hacen que la vida sea lo más bonita posible tales como empatía, altruismo, lealtad, sinceridad, ..., muchas cualidades dignas del ser humano.

Ya digo, no por hablar en primera persona perdemos cualidades, "hablar de mí" o "porque yo" no significa que nos ponemos por delante de otras personas o en diferentes situaciones, pero hay determinados momentos que ha de ser así, hay que ponerse por delante de todo, analizando las diferentes situaciones que nos llevaron a no estar realmente bien, aunque se aparentó esa felicidad que muchos vieron, podría entenderse sin tener que dar explicaciones que no siempre fue así. 

Cómo puede nadie valorarte sin saber realmente qué está haciendo. Claro, somos como somos y contamos con ello, pero ya digo que en determinadas situaciones nadie debería hablar, sólo aquellas personas que conociendo al detalle tus intimidades están legitimados para hablar. Nadie más. Y posiblemente nadie conozca tus intimidades.


Si hablamos de segunda persona, tú, deberíamos de hacerlo con el respeto y la sinceridad que cada una merece y, cuando esto nunca faltó, además de haber cuidado y mimado, además de haberle dado la mejor vida a nuestro alcance posible, nuestra conciencia nos deja ser y estar, nos deja entender qué es la vida y vivir dignamente tras un periodo de mirar única y exclusivamente por esa segunda persona.

En tercera(s) persona(s) empieza a aflorar el egoísmo de la segunda, por ejemplo. Nada es lo que parece. Cuando una persona se fija en tercera(s) persona(s) habiendo segunda persona es porque algo de esa segunda no le llena, ve cositas buenas en otras que le hace plantearse el camino: ¿está en el correcto o puede cambiar y mejorar? Vas viendo, como digo, detalles que marcan diferencias y que queriéndolos para ti no los tienes. Y quieres buscarlos, y quieres encontrarlos. Y no se trata de la tercera persona, no seáis simples, siempre se trata de la segunda, esa fue la que forzó la aparición de la(s) tercera(s).

Nos obcecamos en querer explicar ciertas situaciones incómodas por la aparición de un tercer elemento, de una tercera persona, y nunca, absolutamente, la realidad estuvo más cerca de la segunda, simplemente, falló y, reconociéndolo o no, hizo que la primera persona decidiese emprender un nuevo camino.

El egoísmo es el que hace que las personas, ya sea primera, segunda o tercera, te hagan desentenderte del mundo en el que siempre has vivido y con quien has vivido. Un mundo en el que dejaste mil cosas buenas y una mala, cuando fuiste esa buena persona que siempre dio y nunca pidió la(s) segunda(s) persona no mirarán eso y se quedarán con el que te fuiste, dejándolo todo. 

Y, sí, nadie miró por la primera persona, esa que estuvo y que se fue al dejar de sentir pasión por la vida, esa que tanto le gustaba y que quiere volver a encontrar. ¿Qué es el amor sin pruebas de amor?

Pensadlo, pensad en vuestro amor, y tras analizarlo lenta y realmente, actúa. Dejemos ya de mirar por el mundo y miremos por nosotros mismos cuando sea necesario hacerlo.

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