Tú ... a lo tuyo
Y déjame a mí con mis cosas, que son mías y a nadie le importan.
Es la razón básica para excusarnos de no hacer bien las cosas, de no vivir solidariamente, de no querer a nadie y de no sentir la vida. Vamos a lo nuestro y poco a poco el mundo deja de querernos. No, no te puede dar igual el mundo cuando parte de él son las personas que todavía te quieren.
Gente como tú hay millones. Gente que no quiere saber, gente que deja el problema a un lado para ver si mañana tendrá ganas de solucionarlo. Gente corriente. Gente insolidaria que va a lo suyo porque con lo suyo tiene de sobra y no le queda nada para los demás.
Creer en que los demás te darán la razón por encima de su ego es una creencia absurda. La gente cree en dios porque éste no les molesta, saben que dios nunca les llevará la contraria y se sirven de él para ir a lo suyo.
Las razones más convincentes tienen que ser las mías. Los males más malos, los míos, las virtudes mías, los desastres tuyos. Mi desastre fue por tu culpa.
Si analizásemos los perfiles de determinadas personas nos daríamos cuenta de muchísimas cosas, cosas buenas o malas de esas personas, que pueden no ser lo que aparentan porque en unos casos su apariencias es su escudo y, en otros, su falsa personalidad.
Tengo que cumplir un perfil y como sin apariencias no hay modelo, cumplo el perfil. Tengo una pareja que básicamente realiza el papel de pareja, sin dar ni quitar, tengo hijos, al menos uno, tengo trabajo, tengo todo aquel bien material que me hace falta para cumplir mi perfil de ciudadano por encima de la media. Mis apariencias son las que he de tener, parezco buena persona, solidaria y empática para todo aquel que no me conoce e incluso para los que creen conocerme. Públicamente muestro mi lado más social, soy, en definitiva, una buena persona.
Pero mis problemas personales sin importancia son los que muestran mi verdadera personalidad. Vana, insolidaria y egocéntrica. Esa es mi personalidad.
Cuando alguien descubre mis secretos, mis defectos y mis miedos cuando siempre aparenté no tenerlos, muestro como lo que soy. Mientras tanto, espero que nadie me analice y así poder enseñar al mundo mi falsa personalidad, alejada de responsabilidades reales y cercana a responsabilidades absurdas que asumo con falsas capacidades.
¿Quién soy? Tú a lo tuyo.
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