Las Decisiones Difíciles
Tomar decisiones es algo que no está al alcance de todo el mundo mas aún cuando al hacerlo podemos ganar mucho o perder mucho.
La mayoría de las personas no pensamos en la ganancia a la hora de tomar una decisión porque, como somos perdedores, nuestra mayor preocupación se centra en la pérdida que puede suponer tomar una determinada decisión. Siempre supone un coste, algo que como digo no todo el mundo está dispuesto a asumir, de ahí que la mayoría de las personas huyamos de la responsabilidad que significa tomar una decisión y le dejemos ese peso a otra. Esa es nuestra mayor decisión, decidir que decida otra persona.
Y volvemos a lo de siempre. La mayoría de las personas escapan o dan un paso atrás, que para el caso es lo mismo. Lo normal debería ser hacerse cargo de determinadas situaciones en las que se necesita un ser capaz de asumir ese cargo y tomar una decisión al respecto. Lo anormal es a lo que estamos acostumbrados, a pedir favores (sin que parezca que estamos pidiendo un favor, claro), a huir de la responsabilidad o a mirar hacia otro lado. Hay miles de excusas que inutilizan al incapaz: no me ha dado tiempo, yo para eso no sirvo así que no puedo, ¡me llaman! o me tengo que ir, hazlo tú.
Y eso es dejar que la vida pase, no hacemos nada, simplemente esperamos ...
Las circunstancias de cada persona no son justificaciones para no tomar decisiones. El valor de cada persona estará en su capacidad de afrontar la vida principalmente con la toma de decisiones. ¿Qué es lo correcto? Exactamente, decidir. Evidentemente podemos equivocarnos y si fuese el caso rectificaríamos, pero no decidir, no hacer nada, es lo peor, aunque podamos entender que si no hacemos nada no nos equivocamos o no nos metemos en problemas.
Absolutamente todo el mundo se equivoca y en la rectificación está una de las decisiones importantes de nuestra vida. Reparar todos los equívocos que cometemos dirá de nosotros qué tipo de personas somos. Hacer lo contrario es volver a hacer lo peor.
Y nunca se tomará a la ligera. Si algo nos distingue de los animales es el raciocinio. Es realmente difícil tomar una decisión acertada sin previamente haberla pensado, pero, ante la duda, vuelvo a afirmar que lo peor es no tomarla, ser indecisos y quedarnos quietos. Es mejor una decisión incorrecta que luego pueda rehacerse a una indecisión.
Capacidad, valentía, un mínimo de inteligencia, experiencia, ..., cosecha todo esto antes de empezar a tomar decisiones. Cuando lo tengas, estarás preparado. Cuando estés preparado tu vida comenzará a complicarse. Con las complicaciones vendrá valorar la vida. Sin decisiones no habrá nunca felicidad.
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