Quejas sin molestias
Entre las diferentes clasificaciones que podemos hacer del ser humano hay una que los diferencia según se quejen o no. Y una subcategoría según las quejas sean reales o no.
Quien se queja cree evocar a los vivos de que está ahí, que su existencia, sin quejas irreales, no es la misma, y que su hacer en la vida se resume en un malestar crónico que se asemeja más a un moribundo incapaz que a una floreciente persona en otoño. Lo peor es que no nos analizamos y, cuando nos quejamos con razón, posiblemente es porque tengamos lo que merecemos.
Y quien se queja, sin razón, molesta. Esa queja por vicio ahuyenta a las auténticas personas que te rodean para dejarte su espacio para que te relaciones con otras personas, quizás falsas, quizás pasajeras, que no darán la cara por ti aunque algún día te parezca lo contrario.
En la mayoría de los casos nos quejamos por vicio, porque aún habiendo motivos para nuestra queja la exageramos, pensando sólo en nosotros. Nunca pensamos en los demás, sólo queremos que se atiendan nuestras quejas. Porque no sabemos los problemas de los demás, principalmente de esos que no se quejan. Nosotros, que somos de quejarnos, entendemos que si los demás no se quejan es que no tienen motivos para quejarse. Y no es así. Hay quien lleva sus problemas de la manera más digna posible, sin quejarse, sin lágrimas de postureo, sin molestar a quien no puede hacer nada ...
Y normalmente quien se queja suele ser pesimista y atrae por su forma de ser amargura y agobios constantes. porque una queja puede ser escuchada pero miles de ellas acabarán siendo ensordecidas por tus excesivas quejas.
Y la duda, más que las quejas en sí, sería el plantearse si tenemos motivos reales y coherentes para quejarnos. Ya sabemos que molestamos a la gente con nuestras quejas, aunque esa gente sea nuestra madre o nuestra pareja. Sabemos también que la mayoría de las quejas no sirven para nada: quejarnos no quita el dolor, no hace que el tiempo mejore, no hacen que los demás hagan lo que nos gustaría que hiciesen, ...
Así que ¿para qué sirve quejarse? Realmente no es que sirva para nada pero sí que sirve para hacernos ver quién es cada persona, porque una queja es una falta de algo y nos indica que esa persona no está realizada.
Es verdad que ningún tonto se queja de serlo, como dijo Noel Clarasó, así que no les debe ir tan mal.
Expresarnos mediante quejas nos hace alejar lo positivo y atraer lo negativo. Sentir que nuestras expresiones de pena o dolor pueden hacer sentir a las personas cansadas (de nosotros) sería como esperar que dios se nos aparezca y nos escuche.
Pero nosotros a lo nuestro ...
Expresarnos mediante quejas nos hace alejar lo positivo y atraer lo negativo. Sentir que nuestras expresiones de pena o dolor pueden hacer sentir a las personas cansadas (de nosotros) sería como esperar que dios se nos aparezca y nos escuche.
Pero nosotros a lo nuestro ...
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