Hacer lo correcto
Desde que te levantas hasta que te acuestas.
Independientemente de cómo se porten los demás con nosotros, tenemos la obligación, al menos moral, de que esto no sea una excusa para no hacer bien las cosas, ¿qué cosas? todas, absolutamente todas. Vemos y sufrimos las incorrecciones de los demás y normalmente las criticamos para luego no darnos cuenta de que podemos estar haciendo lo mismo. O es que muchas veces no hemos criticado a alguien que hizo algo utilizando la expresión "has visto lo que me ha hecho", entendiendo que eso que ha hecho es malo o muy malo, para después hacerlo nosotros y es cuando decimos "es que me lo hizo antes a mi" por lo que me pregunto, ¿cuando lo hacemos nosotros no está mal? ¿Quién es más malo, el que lo hizo primero o el que lo hizo después? ¿Por qué los demás son malos y nosotros tenemos siempre una excusa?
Nunca fue fácil, porque siempre cuesta menos trabajo no ayudar que ayudar, no educar que educar, no ir que ir. El impedimento a hacer cosas está únicamente en nosotros aunque haya mil personas a quienes echarles las culpas.
Hacer lo correcto debería de ser la forma de actuar de todo el mundo, la normalidad. Porque sabemos cuando estamos haciendo lo correcto y cuando no, porque sabemos cual es el camino correcto y en la mayoría de los casos no lo queremos seguir, porque sabemos que el ser que mostramos no es el ser que somos, porque sabemos que engañamos a la gente y nos creemos verdad, y no lo somos.
Y evidentemente nunca estaremos libres de errores o defectos, pero sí que podemos estar en conformidad con las reglas, haciendo las cosas como hay que hacerlas, sin excusas, sin nadie a quien echarle la culpa. Quien reniega de lo correcto reniega a ser, quien ve los fallos de los demás y no quiere ver los suyos reniega de ser, quien utiliza una excusa para hacer el mal reniega de ser, y quien reniega vivirá en una constante protesta vana e inútil.
Sabemos qué es lo correcto y sabemos qué es lo contrario así que, si elegimos uno de estos dos caminos, no podemos hacer ver a los demás que estamos en el otro.
Mi vida no debe depender de las de los demás, mi sitio es sólo mío, el ser correcto es mi camino y nunca una mala palabra me ayudará a que mi sitio sea más grande.
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