Las Buenas Compañías
O las malas, dependiendo de la autenticidad de cada persona, nos gusta rodearnos de determinados tipos de gente. La sensatez, la coherencia o el positivismo nos hará rodearnos de gente con esas cualidades. Lo contrario es coger el camino más corto hacia la infelicidad.
La decisión de rodearnos de unos u otros depende de nosotros mismos, de nadie más. Supongo que, por ejemplo, si no te gusta el queso no lo comes. Pues lo mismo pasa con las personas, ¿por qué rodearte de aquellas que no te gustan, que no te aportan?
Podemos acompañarnos de personas válidas en prácticamente todos los aspectos de la vida. Estas personas son capaces y dan o intentan dar siempre un paso hacia adelante. Se trata de querer hacer las cosas bien por el bien individual y común. Huir de las responsabilidades es no ser aquello que eres capaz de hacer.
Por el contrario, podemos vernos rodeados de gente cuyos miedos no les deja ser eso, gente, y enturbian nuestra forma de ver la vida intentando que nos adentremos en su mundo, mísero de bondades y opulento de escasez humana.
Entonces, si somos sensatos y capaces queremos rodearnos de gente igual que nosotros, supongo, pero si somos insensatos e incapaces ... ¿de quién nos rodearemos? El fracaso está ahí ...
Intentaremos buscar y encontrar gente que soporte nuestras miserias, gente en la que refugiarnos, personas que dejen a un lado sus problemas para hacerse cargo de los nuestros. Intentaremos pues aprovecharnos de todo el mundo utilizando cualquier artimaña que nos haga conseguirlo, pena, dolor, lágrimas, pobreza ... todo mentira, no hay más pobre que el quiere mostrar pobreza.
¿Es mejor quien te anima o quien te desanima? ¿Es mejor quien te dice lo que quieres oír? El que anima a la mala compañía se hartará de hacerlo y empezará a desanimarte por su falta de motivación.
Esas personas que te dicen lo que quieres oír son falsas, no les interesas lo más mínimo aunque, por otro lado, tus interminables quejas les hicieron ser así.
Ni una multitud es compañía ni la compañía íntima será siempre sincera. Si quieres rodearte de gente sincera y buena, sé sincera y buena.
¿Es mejor quien te anima o quien te desanima? ¿Es mejor quien te dice lo que quieres oír? El que anima a la mala compañía se hartará de hacerlo y empezará a desanimarte por su falta de motivación.
Esas personas que te dicen lo que quieres oír son falsas, no les interesas lo más mínimo aunque, por otro lado, tus interminables quejas les hicieron ser así.
Ni una multitud es compañía ni la compañía íntima será siempre sincera. Si quieres rodearte de gente sincera y buena, sé sincera y buena.
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