Y el mundo sigue

Y no para.
Todos pasaremos por el mundo dejando o no una huella de nuestra presencia. Pero esa huella se borrará. El recuerdo se perderá. Nada de lo que hagas o digas será duradero. No lo es ni en vida, imagínate cuando pasen veinte años de tu muerte. ¿Tu legado? Haber disfrutado de tu vida sin haberle hecho daño a nadie. Por desgracias no hay muchas personas célebres que hagan que se recuerde lo que hicieron o lo que dijeron.

¿Qué es disfrutar de tu vida? Hay mil maneras. ¿Sin hacer daño? Bueno, alguien siempre sale damnificado, aunque no tengas ni la más mínima intención de hacer daño, siempre hay alguien que se siente herido. Si callas, hieres, si hablas, hieres más.
Buscar incansablemente la felicidad será el mejor camino para disfrutar de la vida porque muchas veces se consigue y cuando menos, se disfruta sólo con el intento.
Y claro, no podemos pretender que todo el mundo sea feliz, es imposible. Como la gente es como es, no es sólo que no quieran disfrutar, es que incluso tu gozo les hace desgraciados.

¿Qué es no disfrutar de la vida? Hacer todo aquello que no te haga feliz. Vivir dependiendo sin ser dependiente. Vivir esperando un movimiento de los demás para dar un paso. ¿hacia dónde?, depende del movimiento que hagan los demás. La persona que no disfruta es la que siempre está esperando.

Sentirse parte fundamental del mundo implica un desconocimiento real de lo que es la propia vida. Tus problemas nunca pararán al mundo y aportaciones lo harán mejor. El egocentrismo nunca hará que el mundo se sienta mal por tu ausencia o por tu falta de aportes, sin embargo, creerás que el mundo te necesita y cuando veas que no te echa cuenta quien lo pasará mal serás tú.


El mundo une a millones de personas que, en el fondo, cada una de ellas piensa en sí misma y actúa en consecuencia. No les importa nada cuando creen tener el control de las situaciones. Cuanto mas poder se tiene más se piensa en uno mismo y menos en los demás, cuando más se puede compartir, menos se comparte.
No podremos cambiar el mundo. Tampoco en intentarlo se va nuestra vida. Entenderemos que al final hemos de seguir por el camino que el mundo nos ha marcado aunque a veces vemos que hay quien se queda atrás y a quien no podemos ayudar, básicamente porque no pide ayuda. Esa persona que no pide ayuda podemos ser nosotros algún día y nos quejaremos del mundo. ¿La culpa? Ya digo, el mundo es así, creemos que podemos cambiar ciertas cosas cuando realmente no cambiaremos nada.

Y ahora, discúlpame, pero el mundo me espera y, por desgracia, tengo que ir.

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