No me importa nada

Si nos definiésemos a nosotros mismos imagino que usaríamos unos adjetivos tales como honrado, leal, generoso, amigo de sus amigos, trabajador, libre, sensato, ..., y muchos más, eso sí, todos buenos o muy buenos.
Si definiéramos a los demás, conociéndolos, diríamos de ellos que son unos caraduras, interesados, que nunca está cuando se les necesita, insensatos, ..., en fin, un desecho humano.
Pues claramente ni nosotros somos tan buenos ni los demás tan malos. No nos creamos aquello que imaginamos ser, no cometamos el error de creer que somos aquello que quizás quisimos ser. No creamos ser creyentes de lo increíble. Somos lo que somos y la mayoría de nosotros ni tan siquiera somos lo que parecemos ser.

Y no nos importa prácticamente nada. Solo seguir aparentando ser lo que no somos. Y, por supuesto, que nadie nos moleste.
Ese "nadie" normalmente son personas importantes en nuestra vida, o al menos deberían serlo. Lo peor es que nosotros podemos ser importantes en las suyas y no queremos, porque nos molesta todo, nos molesta hacer un esfuerzo más o menos grande en favor de alguien que no seamos nosotros y no tenemos ganas de "perder el tiempo". Para la gente presuntuosa, hacer algo por los demás, cuando conlleva una molestia, es dejar de vivir, es un fastidio infructuoso.

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Y ¿para quiénes somos importantes?: básicamente para nuestra familia y quizás para nuestros amigos (íntimos). 
Nuestra familia son nuestros hijos y nuestros padres, quizás en ese orden, porque cuando tienes hijos tus padres pueden pasar a un segundo plano en condiciones normales. De tus hijos tienes que crear poco a poco unas personas dignas de ser llamadas eso, personas. No puedes despistarte ni un segundo, hay que sembrar y sembrar, establecer unas pautas que les hagan ser cada vez mejores, por supuesto mejores que nosotros, sus padres, para que la evolución del ser humano continúe y los que vean el "sálvame" cada vez sean menos.
Pero esta tarea es difícil porque nuestros hijos nos molestan, sí,  no te lleves las manos a la cabeza. Y como nos molestan pues "huimos" de ellos, apuntándolos a mil actividades extraescolares, endosándoselos a los abuelos o a quien sea. ¿El comedor del colegio? Una molestia menos.
Y sin darnos cuenta estamos dejando de cumplir nuestras obligaciones intentando crear personas más válidas que nosotros, que sean capaces de cortar la dirección que está tomando la sociedad de actual de ir a ninguna parte, de vivir de las apariencias. Nadie hace nada por nadie. Así nos va. Y nos da igual, porque lo contrario es molestarnos.

Mírate y, si tienes hijos, míralos. ¿Dónde vas? ¿Dónde van? ¿Es ese el camino correcto? ¿Seguro? No me contestes a mi, respóndete a ti.

O piensas o sales a la calle a hacer lo que sea, y, si es bueno, que la gente te vea. A tus hijos déjalos a un lado, no les faltará agua, comida y ropa. ¿Valores? Bueno, me tengo que ir, ya si eso mañana me pongo a inculcar valores a mis hijos ...

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