Los días felices

Trescientos sesenta y cinco días al año tenemos la oportunidad de hacer algo, algo que nos guste, algo que nos motive, algo que nos haga sentir qué es la vida, algo que nos indique el camino a seguir.
Si esos días los multiplicamos por los años que viviremos (en condiciones normales de presión y temperatura) no tendremos excusas, al menos baratas, para explicar por qué no hemos disfrutado de la vida en su totalidad. Es cierto que todos los días no serán iguales pero hemos de reconocer que la mayoría de ellos nos brindarán una regularidad que marcarán el devenir de nuestra vida.

Por lo tanto, es hora de darse cuenta que las evasivas de perdedores solo las podrán dar quienes viven la mayoría de los días con resignación y conformidad, esperando que llegue un nuevo día para después seguir esperando otro y así todos los días.
Pero así, hemos de ser conscientes, no se puede vivir, porque sabemos que hay muchos días en los que la tristeza invadirá nuestra mente, pero también sabemos que esos días serán los menos.
Entonces, alejados de justificaciones que nadie nos pidió, tenemos que luchar cada día por querer ser, por llegar a ser, por ser esa persona que se divierte en cada momento que la vida le presenta, sin dar explicaciones a nadie, entendiendo a todo el mundo, ayudando a la persona que quiere ser ayudada, desechando a quienes intoxican el aire que respiras y buscando sin descanso la felicidad personal que tanto cuesta conseguir pero por la que cada día tienes una nueva ocasión de conseguirla.
Una vez que la hayas conseguido vendrán los días felices, uno tras otro, valorando lo que tienes y por qué lo tienes, apreciando todo aquello que has conseguido, sabiendo quienes te ayudaron a ello y agradeciendo lo logrado.

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La felicidad no te la va a regalar nadie, nadie puede ser feliz por ti. Tampoco te la va a quitar nadie tantos días, puede que te la quiten algunos días, pero por norma general tendrás muchos días para ser feliz. No entiendo a esas personas que culpan a los demás de su infelicidad, a su pareja, a su jefe, a la familia, porque todos ellos son prescindibles, ninguno de ellos puede permanecer en el tiempo en tu vida si tu no quieres, solo se mantendrán en ella si quieres.

Así que una vez que sabemos que todo depende de ti, aprende a llevar a todo aquello que pueda influir en tu felicidad de la mejor forma posible, porque hasta tu peor enemigo te dará un ratito bueno que aprovechar, seguro que hasta una discusión te enseña algo y, por supuesto, deshacerte de quien no te aporta absolutamente nada será la mejor opción que elijas para ser feliz.

Elige y siente lo que te da la elección, aprovecha y desecha, acaricia las sensaciones del placer y no dejes de vivir esos días en los que te sientas feliz, que son la mayoría.

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