Saber terminar etapas

En la mayoría de los casos nos conformamos con aquello que nos ha tocado en la vida, la pareja, el coche, el trabajo, la vivienda, ..., aunque no estemos contentos. Empezamos un día una etapa, transcurrimos un tiempo por ella y, en muchas ocasiones, no la cerramos cuando deberíamos hacerlo.

Como somos como somos, cuando aparece un problema al que hemos de hacer frente, aparece en nosotros ese miedo escénico para no afrontar la solución de ese problema. ¿Qué hacemos? Muy fácil, lo dejamos pasar y ... hasta que aparezca de nuevo (porque no se le dio fin). Cuando nuevamente vuelve a visitarnos ese problema volvemos a hacer lo mismo: nos agobiamos y nos entra el miedo por el "¿qué hago?" sin querer buscar ni dar un final al problema.
Aparecen en nuestra mente multitud de preguntas a las que no queremos responder o situaciones en las que no nos queremos ver: "¿y ahora qué hago yo?" "¿dónde voy a ir?" "puff" "¡qué mala suerte!"


La vida, como carrera de fondo, ha de entenderse como un camino abierto e ir de frente no significa lo contrario, es decir, habrá fallos que quizás nos hagan desviarnos de nuestro sendero pero una vez corregido hay que volver a la senda principal.
Y como tal carrera de fondo se divide en etapas que hay que empezar y hay que terminar, excepto la última, esa que no quieres que se acabe nunca.

Está claro que es muy difícil ser feliz, creo que eso nadie lo duda, está claro también que es difícil saber donde ya no aportamos nada quizás porque no nos aportan, que no quiere decir que no hagamos falta, pero que nuestra presencia, quizás por desgracia, ya no es realmente importante. En estos casos es donde tendríamos que mostrar nuestra inteligencia apartándonos de donde ya no podemos ni debemos estar.
Porque lo contrario es hacer la vida difícil, tanto la nuestra como la de las demás personas que en las diferentes etapas forman parte de nuestra vida.
Y hay que terminar, porque el dolor que pueda presentarse será pasajero, pero la estabilidad emocional volverá a dejarnos ser nosotros mismos, sin odios, sin rencores, sin falsas alegrías.
La vida ha de seguir, siempre, hemos de buscar la felicidad constantemente, que no es fácil, pero no nos quedemos parados en el camino, no nos conformemos con la desidia, no por tomar decisiones difíciles seremos peores personas. Quien te quiere, te querrá.

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