El Valor Otorgado
La sociedad actual se rige principalmente por la ausencia de valores generales aunque individualmente existan personas capaces de aportar algo distinto a ella aunque le llamen "raro".
El día a día nos hace ver el valor que otorgamos a cada acto, a cada frase o a cada pensamiento que salga de nosotros sin pararnos a pensar realmente en que hacemos más recortes a nuestras ideas que Rajoy a la economía, lo que me hace pensar en que esto no tiene arreglo y el que quiera, que se busque la vida porque nadie te va a regalar nada.
Nuestra filosofía se centra principalmente en acabar el día y, mañana, ya veremos.
Está bien criticar al de enfrente, valorar lo que otros hacen y examinar sus actos cual sabios procedentes de la antigua Grecia, pero si nos detuviéramos un instante a valorarnos a nosotros mismos nos daríamos cuenta de lo absurdos que podemos llegar a ser.
Posiblemente la inteligencia de una persona se pueda medir por la importancia, por el valor que damos a ciertas cuestiones: qué ropa ponerse, ... es que no me llamaste, mira lo que has dicho ... y así un sinfín de tonterías a cual más digna de personas con poco intelecto ya sea por coeficiente o por no utilizarlo demasiado.
La vida es más fácil que preocuparse de pagar las letras a final de mes o de tener un coche mejor que el del vecino. La vida requiere sacrificios para obtener beneficios, luchar para conseguir, tener para mantener o perder por no ganar. Cada uno puede vivirla otorgando el valor que quiera a cada cosa, pero nunca un comentario, por muy mal intencionado que sea, puede tener más valor que un bienestar. Nadie vivirá doscientos años por muy bien que se cuide o por mucho dinero que ahorre, nadie nos recordará pasados treinta años de nuestra muerte.
Ahora, si quieres, preocúpate de darle a cada cosa el valor que se merece, independientemente de lo que digan o hagan los demás.
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