Escondido bajo una tapadera

Existen varios tipos de tapados, esos que sorprenden en su aparición exitosa cuando nadie contaba con ellos y los que reciben ese adjetivo porque los demás cubren sus defectos para que socialmente sean aceptados. El tapado, usa su tapadera voluntariamente para su beneficio personal, ya sea para dar esa sorpresa o para tapar esos "defectos" opcionales.

Sabemos lo que es eso que llaman "tapadera", eso que se encubre o disimula para que no se conozca qué es en realidad. Pues con las personas pasa lo mismo, nos inventamos una tapadera para esconder las mentiras o fallos que pudiéramos tener.

El tapado, desconocido para el mundo exterior y sobradamente conocido en su intimidad, sorprende más por el encubrimiento que recibe de sus defectos y errores que por la sorpresa que puede dar en un momento dado. Se muestra, para aquellos que no lo conocen, como un ser capaz, sensible y altruista, alguien en quien abunda la generosidad y el buen hacer, alguien que conoce el éxito y que ni de lejos sabe qué es el fracaso.


Íntimamente es todo lo contrario, su prepotencia y egocentrismo lo llevan a tratar a sus súbditos de la misma manera que lo pudiera hacer un dictador, disponiendo de sus vidas a su antojo y "necesidad".
Realmente, los que cubrimos a un tapado somos culpables y cómplices de sus equívocos, alimentando su ego haciéndole ver al tapado que nunca se equivoca y que la "culpa" es siempre de los demás. El tapado, el mimado, nunca verá la humildad como propia, esa condición la tendrán los demás,

La tapadera social al final se volverá losa que no podremos sostener, porque algún día nuestros súbditos aprenderán qué es la felicidad y la libertad y nos enseñarán que la razón no se compra ni se autoproclama como propia,


"Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena" Mahatma Gandhi

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