Qué difícil es ...
Hartos de vivir en un mundo aparentemente bonito, podemos caracterizarnos por tener multitud de adjetivos aplicables a nuestra persona y ... ¿los tenemos? ¿Realmente los merecemos?
Qué difícil es ser buena persona. Pienso que creemos que somos buenas personas, pero cada uno debería razonar y comprobar si ha actuado correctamente como buena persona cuando la vida precisó de esa cualidad suya.
Qué difícil es ser coherente, porque la coherencia no nos puede situar en dos extremos a la vez, y, por no quedar mal con nadie, solemos estar en esos dos extremos. Ni apoyamos a uno ni defendemos a otro, simplemente, vivimos en la incongruencia de la facilidad vital. Evidentemente habrá situaciones en las que se pueda estar en dos lados, quizás pacificando, quizás porque no te importe ninguna de las partes, pero a la hora de la verdad o estás en una lado o en otro, no puedes estar en los dos.
Qué difícil es ser altruista, porque normalmente no hacemos nada sin obtener algo a cambio, lo que sea, siempre esperamos un "regalito" simplemente por actuar creyéndonos que estamos haciendo un favor, y no es así. Los favores no se cobran, se hacen porque se quieren hacer no porque se puedan hacer.
Qué difícil es ser sensato, ¿por qué?, bueno, pocas personas aplican el sentido común a la vida, básicamente porque para aplicar el sentido común hay que razonar y actuar en consecuencia y nos falta sensatez para vivir dignamente.
Si somos padres, enseñar a nuestros hijos desde comerse la comida sea la que sea a mostrarle cómo es la propia la vida es una tarea compleja.
Si somos hijos (adultos), hacernos cargo de las necesidades de nuestros padres es un quehacer también complicado. Lo normal será utilizar a nuestros padres porque creemos que esa es su obligación, servirnos, y no es así. Si ellos quieren ayudarnos, con los niños y con la comida, amén de situaciones económicas, que lo hagan, pero no es su obligación.
Y el amor, ¿no es difícil? Una cosa es enamorarse y otra es conocer el amor, sentirlo, apasionarte con él. Creemos que continuar una relación con el paso del tiempo es amarse y, evidentemente, no. El amor no se demuestra con las simplezas de la vida, es muy fácil hacer de comer, pagar una factura o vestir a tu familia en comparación con entender el amor y enseñarlo. El amor es más que difícil.
Al fin y al cabo, la tarea más difícil es la propia vida si la tomamos como alumnos aplicados al principio para intentar ser maestros o referentes. Siempre habrá problemas que resolver, unas veces con solución y otras las incógnitas dejarán que el tiempo les encuentre sentido.
Hacer de la vida lo más parecido a un paraíso es quizás lo más difícil que hay, y es posible, pero nos entretenemos en un trabajo, en el sexo, en dejar las cosas para mañana, en guardar, en odiar, en aparentar, en reservar, ..., y cuando nos demos cuenta llegará el final del camino y nosotros ... a lo fácil.
Comentarios
Publicar un comentario