Estar donde no se quiere estar
A menudo nos vemos en situaciones en las que no queremos estar. Por "situaciones" hay que entender multitud de momentos de nuestra vida que no querríamos vivir tales como callar para otorgar.
Y si nos mostramos firmes en nuestras coherentes posturas dentro de un mundo lleno de fantasía e inutilidad, donde la mentira intentará apoderarse de la verdad, haciendo ver que nuestra postura es falsa, que somos vanidosos porque defendemos una vida en la que la lucha realmente ocupa un lugar importante, sin falsas experiencias, sin malas prácticas, sin abusos, sin maldad, sin lujuria, sin querer estar donde no queremos estar.
Pero a veces estamos ahí, ahí donde nunca quisimos estar, obedeciendo al contrasentido de no ser nosotros mismos, callándonos por no decir una verdad que dolerá a alguien cercano y más o menos querido pero que más nos duele a nosotros no hablar, por no utilizar las armas de los que viven una vida sin lucha ni dolencia.
Mi libertad se coarta simplemente siendo un oyente frenado por una cobardía que me impide decir la verdad, la cual sé, y me tengo que callar por no "ofender" a quien posiblemente nunca se callaría por mi.
¿Somos cómplices de mentiras? Bueno, conocemos a quienes conocemos y de ellos podemos hablar, podemos saber si mienten, podemos saber cómo es su vida, podemos saber por qué es su pelea, si es buena o mala, en resumen, sabemos quiénes o cómo son. Y, por tanto, sabemos sus mentiras, si es que las tienen, sabemos qué dicen cuando hablan, sabemos de sus engaños, de su fingida lucha por sobrevivir, de sus falsas apariencias. Y nos tenemos que callar.
Nos callamos porque elegimos a quien beneficiar con nuestro silencio, entendiendo que quien no salen beneficiados somos nosotros mismos, pero preferimos callar a hacer daño a quien nunca haría eso por nosotros. No somos libres, somos tontos, pero no podemos evitarlo.
¿Somos manipulables? No lo creo, simplemente somos incapaces de hacer daño en determinadas situaciones perjudicándonos por no hablar, por estar donde no queremos estar, por ser, aunque sea un instante, aquello que nunca quisimos ser.
Estar donde no se quiere estar no es estar en el lugar equivocado, es darte cuenta que la gente no es como debería ser, llamando tonto al tonto y dando las gracias al que las merece, no, la gente, por desgracia, alaba al reprochado y censuran al ensalzado, dando las gracias a quien no las merece.
Así es, nunca seremos libres estando rodeados de incompetentes que creen que hacen que la vida sea bella y honesta. Y así nos va.
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