Lealtad al noble
Como cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor deberíamos rendir una lealtad descomunal a toda aquella persona honrada, generosa, sincera y fiel.
No nos planteamos esta opción ineludiblemente, no, siempre que se nos presenta la indecisión de si tener que hacerlo o no, apoyamos a la persona que menos dolor de cabeza nos dé, independientemente de si tiene razón o no, independientemente de si su nobleza durante la vida le hace poseedora de la razón o, al menos, de un leal apoyo. Nunca la vida de un indolente merece más devoción y adhesión que la noble vida de una persona leal.
Leal a la propia vida, a los principios básicos de la misma, llevando a cabo la labor más primitiva de la vida que es el propio sentimiento de vivir y, sobre todo, de dejar vivir. Dejar vivir en el sentido de dejar hacer, de no dejar de aprender por uno mismo, sin imperativos y con desinterés.
Cuando una persona, con sus hechos y actos, se hace merecedora de la lealtad de los demás será por algo. Esa persona habrá vivido dignamente, estando contigo cuando te haya hecho falta sin mirar si era de noche o de día, si llovía o no, si era fin de semana o si tenía que pedir permiso en el trabajo (aunque no le dieran el permiso estaría contigo). Esa persona siempre te demostró una amistad de las que no hay, nunca te dio una excusa barata porque tenía conciencia. Su desinterés en cobrar en algún momento lo que hizo por ti es el síntoma de que lo hizo sin esperar nada a cambio, lo hizo porque creía que debía hacerlo.
Su honradez siempre estuvo por encima de un interés económico o social, su honestidad coincidía con su labor de intentar al menos hacer el bien con un altruismo impropio de estos tiempos. Todo lo hizo con generosidad y en pleno conocimiento de lo que hacía.
Lo normal es que a este tipo de personas, a los nobles de corazón, se les tenga una lealtad tan grande que no pienses ni un segundo el tener que hacer algo por ella puesto que se lo merece todo.
Y ahora piensa en la gente que te rodea, si eres una persona que te has ganado un corazón noble como amigo o si no lo eres y por qué. Ama y cuida y te lloverán reconocimientos, serás correspondido.
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