Los Principios del Fin

Aunque también podría ser el fin de los principios, de los buenos principios.

La mayoría de las personas nos movemos en un rango de oscilación de menor a mayor podredumbre, y lo que es peor, nos acostumbramos a vivir así y ni siquiera aparece en nosotros el deseo de salir de ahí, de dejar de ser uno más, otro que habla sin saber, otro que es sin saber qué.

No nos preocupa nada, si alguien cercano enferma nos molestamos en saber su evolución pero nunca saber si necesitará nuestra implicación porque eso sí que nos preocuparía. Ese principio, el de tener esa conciencia que nos guía por el camino de hacer lo correcto dejó de ser propiedad del ser humano común hace algún tiempo.

Respetamos a los demás, su libertad de ser y de expresarse siempre que aquello que diga o haga no nos perjudique, no vaya en contra de nuestros principios porque entonces aparecería nuestro ego que nos guía por el camino del que más sabe soy yo y nadie me puede llevar la contraria. El camino posiblemente más usado por la actual sociedad, pero que no lleva a ningún sitio.


Presumimos de lo que hacemos, de lo que tenemos, de lo que parecemos cuando racionalmente nos debería de preocupar todo lo contrario: querer tener aquello que no tenemos y anhelamos, salir de la rutina y hacer lo que no hacemos y dejar de parecer y ser realmente aquello que somos y no lo que nos gustaría ser.

Necesitamos de la fidelidad y lealtad de los amigos y si ese amigo ha de ser un perro, pues que así sea. Si realmente tuvieramos que contar a nuestros amigos por sus palabras tendríamos miles, por el contrario, si los tuviéramos que contar por su implicación tendríamos dos o tres, entre ellos el perro.

Presumimos de amigos en muchos casos porque nos tratan como queremos ser tratados por nuestra actitud, o mejor por nuestra falta de actitud, es decir, esos amigos nos tratan como a lelos porque si a muchos de ellos les pidiéramos un favor, una implicación, nos daríamos cuenta de que parecían estar, pero que realmente no estaba.

La falta de los principios básicos para que una sociedad funcione está demostrando quiénes somos y hacía dónde vamos, lo que actualmente se llama crisis en nuestro país yo lo llamaría realidad o merecimiento, no somos consecuentes, no somos realistas, no somos empáticos, somos lo que somos, volátiles e inestables, incapaces e inmorales, aparentes y desleales.


En fin, los principios van desapareciendo y cuando ya no quede nada sólo nos podrá salvar aquello en lo que siempre creímos ... pero ya será tarde porque nunca creiste de forma real, lo hiciste porque te interesaba ... 

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