Querer Elegir

Y no hace falta decir aquello de "cueste lo que cueste" pero en la mayoría de las ocasiones somos cobardes temerosos a la hora de elegir, de tener que elegir o más bien de querer elegir, de ser al menos por una vez lo suficientemente valientes para tomar la decisión que mejor nos convenga independientemente de a quién le hará mal o a quién bien.

La resignación es el mejor aliado de los cobardes, de aquellos que miran más hacía el lado del miedo, hacía el lado de las malas consecuencias, de aquellos que piensan que los actos que cuestan trabajo no servirán para nada.

Nos conformamos en vivir con resignación aquellas situaciones complicadas simplemente por no querer elegir otras en las que se nos va a pedir un esfuerzo, un esfuerzo psicológico, ese al que tememos porque implicará tener que enfrentarse al miedo de iniciar una nueva vida, romper con todo lo que hasta ahora estábamos haciendo y empezar de cero, aprendiendo de los errores cometidos con la promesa de no volver a cometerlos y esperar con paciencia para ir encontrando en el camino todo lo que nos haría feliz, dando oportunidades nuevamente a aceptar un nuevo intento, una nueva ilusión.

Someterse no debe implicar sumisión, no sólo hacia una persona, si no a tí mismo.
Creamos para ilusionarnos, amamos para ser felices, damos para ser solidarios, ..., todo ello esperando recibir de la vida la satisfacción por haber hecho de nuestro entorno un mundo mejor (independientemente de los males que no dejan de acecharnos).


Elegir no significa huir, al contrario, elegir no significa eludir responsabilidades, coger sólo lo bueno o subirnos siempre al carro de la victoria, no, elegir significa intentar que nuestra vida discurra por el camino correcto, lleno de inconvenientes y de problemas, pero también lleno de soluciones y de comprensiones. Elegir significa entender la vida y llevarla a cabo, significa no sufrir gratuítamente, significa asimilarla.
La elección conlleva riesgo necesarios: la vida es la complicación de buscar la felicidad, la vida es la complicación de hacer el bien, la vida es creer y fomentar una filosofía en la que la vida sea lo más importante y todo lo demás tenga un segundo plano. La vida no es dinero, la vida es una elección.


La vida es entender que algún esta se acabará y poder decir: "viví, y viví feliz".

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