Convertir en razón la insensatez

A menudo nos dejamos llevar por el egocentrismo propio de personas que creen no equivocarse nunca y nos mantenemos en la creencia de que todo lo que hagamos o digamos es lo correcto.
Todo el mundo se equivoca pero sólo los sabios rectifican. Es evidente que no todo el mundo reflexiona y otorga la razón a quien la tiene. No sé por qué motivo creemos siempre que nuestras reflexiones son las únicas ciertas y le buscamos la razón impropia hasta sentirnos bien. Nos sentimos bien falsamente, porque en el fondo sabemos que la razón no es nuestra porque le dimos la espalda buscando y encontrando una insensatez propia de fieras salvajes que nos dejó descansar en la sinrazón incoherente de los ofuscados.

Pues sí, convertimos una de las virtudes que sin negociación posible deberíamos tener todos los humanos, la sensatez, en la insensatez propia de quien presume y no es.
Esta insensatez viene dada por un complejo de inferioridad de quien quiere y no puede, de quien ve a los demás resaltar sus virtudes, que para eso las tiene, y no atreverse ni tan siquiera a intentarlo. La impotencia que sufre el insensato reduce su credibilidad hasta el nivel de la insignificancia.


¿Por qué no razonamos? ¿Falta de humildad, de sensatez o de inteligencia tal vez? Seguramente un poco de cada extinguida capacidad en nuestro ser.
Buscamos (y encontramos) la razón más inútil a la que agarrarnos para apoderarnos de argumentos para salir victoriosos de una guerra que batallamos contra nosotros mismos. Cuando no tenemos razón, no hay razón que valga, no podemos utilizar en nuestro favor esa que parece que nos dejará dormir tranquilos, esa que, cuando la contemos, nos otorgue el entendimiento del prójimo, el carisma que nunca tuvimos y la necesidad de ser comprendido y respetado.
Nadie que nunca se levantó del sillón tendrá la razón, ninguna mente cuidada dejó de servir, nunca se vivieron experiencias sin ganas y sin necesidad, nunca alguien que no quiso, fue.

Y somos como somos, sólo de una forma de ser, no podemos ser como ese o como aquel, quizás nos gustaría pero no podemos ser igual, nosotros somos nosotros, tendremos unas cosas peores que ese o aquel y otras peores, pero, el poder razonar lo tenemos todos aunque parezca que algunas personas no lo tienen, lo tienen, cuesta sacárselo, pero lo tienen.

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