En la elección está la felicidad

Imagino que buscamos incansablemente la felicidad aunque esa búsqueda es tan personal que cada cual la buscará a su manera, pero también imagino que todos tenemos unos puntos en común para saber qué es lo que queremos, cómo lo queremos y por qué lo queremos. La felicidad es satisfacción, es alegría, es conseguir lo deseado, aunque algunos desean cosas "raras" serán felices consiguiéndolas.

En nuestras vidas no estamos obligados a nada pero nos obstinamos en complicarnos la misma. Constantemente nos vale eso de "esta misma" o el "las hay peores" para referirnos a cualquier elección que hemos hecho y sabiendo que no ha sido la mejor, pero ha sido nuestra elección. Y no rectificamos, porque siendo libres, parece que estamos obligados a continuar con nuestra elección equivocada. La felicidad si eso ya la dejamos para mañana.
Alternativas hay cientos, probablemente miles, pero nos afanamos en no querer reconocer que nuestra opción elegida es errónea y esto nos hace infelices.


Y eso es lo peor de todo, cuando sabemos que nuestra elección es equivocada y aún así continuamos sin rectificar. Quizás creamos que no hay otra alternativa, que la hay, quizás queramos darle alguna absurda explicación tal como "uff, pero ..." o posiblemente no nos demos cuenta del mayor error, nosotros, nuestros miedos, nuestro constante fracaso (pensamos que no podemos reconocer más errores porque ya hemos cometido muchos). Pero nunca una rectificación será insensata y tardía, principalmente porque nuestra felicidad estará esperando a que llegue ese momento tan ansiado en el que los problemas inútiles dejaron de ser problemas para convertirse soluciones.

Todo está en nosotros, nuestra felicidad está en nosotros, en nuestras decisiones, en nuestras virtudes y sobre todo en nuestros errores, en nuestra humildad o en la falta de ella, en nuestros miedos, en nuestra cobardía. ¿Tan difícil es hacer frente a nuestros temores?

Mientras tanto no hacemos frente a ese pánico por conseguir realmente ser felices, vamos culpando a todo lo que nos rodea de nuestras desgracias. Y nadie ni nada tiene culpa de que no pongas remedio a esa falta de personalidad para solucionar tus problemas y convertirlos en felicidad.
Cada día que pasa me reafirmo más en que la vida es un paseo, un paseo lleno de todo, de felicidad, de amargor, de aciertos, de errores, de valentía, de cobardía, de ser o no ser, de estar o no estar, de llegar, de venir, de solucionar o de dar problemas, pero sobre todo de elegir, porque todo ello conlleva una elección y en ella estará nuestro destino. No elegir es sentarte a ver pasear a la gente por la vida, viendo como aciertan y como se equivocan, alegrándote de las virtudes o desgracias que cada persona tiene tras elegir, pero ellos eligieron, tú no, tú simplemente elegiste sentarte y no pasear por la vida, esperando que los demás te den motivos para que tu vida no sea simple, pero ellos hicieron y tu no.

Saber elegir y sobre todo saber rectificar, esas los las cuestiones.

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