La vida es mucho más fácil
Y el ser humano cada día más complicado.
Comprueba por ti mismo las situaciones que se van dando cada día, comprueba asimismo que si esas situaciones son vistas desde un punto de vista objetivo te darás cuenta que las complicaciones que conllevan pueden cambiarse por facilidades propias de la naturaleza, quizás no de la del ser humano, pero sí de la naturaleza propiamente dicha.
En nuestra vida no queremos molestias, queremos paz y serenidad, pero por diferentes razones hay momentos en los que nos molestamos por nada, o mas bien, por algo (que no hicimos bien). Entonces, si no hicimos algo bien ... ¿por qué nos molestamos?
Partimos de la base de que hemos de reconocer nuestros errores, saber igualmente las carencias de nuestro ser, social o individualmente, entender qué es la vida y por lo tanto obrar en consecuencia.
Pero no, no entendemos nada, ninguna situación, a ninguna persona, nada. Ya sea por celos, envidia, soberbia, incultura o por no saber hacer o estar, nos negamos ante la evidencia cuando nos dice cuál es el camino y no queremos ir por él.
Con maldad queremos transmitir y transmitimos serenidad y solidaridad. Queremos que aquella persona que no nos importa confíe en nosotros, que vea una amistad sincera y altruista. Intentamos ganarnos su confianza para decirle por dónde tiene que ir, "ve por aquí" le decimos, pero sabemos por ahí no se va a ninguna parte. La maldad.
Nos empeñamos en muchísimas situaciones en forzar las mismas hasta que alguien resulta dañado. Reñimos con nuestra pareja para después casarnos con ella, y reñimos, nos separamos, y reñimos, nos divorciamos, y seguimos riñiendo, pero ninguno de las dos partes toma la decisión de decir "hasta aquí", me da igual "perder". ¿Perder el qué? Cuando huimos de una relación tóxica y condenada al fracaso lo único que hacemos es ganar, y cuanto antes nos demos cuenta de ello, mejor, mucho mejor.
Pero básicamente, todos son problemas en nuestra vida y todo ello porque no tomamos decisiones en su momento. Todo nos molesta, todo se vuelve en nuestra contra, todo es innecesario.
Nuestra pareja no nos entiende, nuestros hijos sólo nos dan dolores de cabeza, nuestros padres son unos pesados, las amistades ... ¿lo son?, el trabajar, el no trabajar, encontrar una plaza para aparcar, cruzar o dejar cruzar un paso de peatones, que no te cobren comisión en el banco, hacer de comer, beber cerveza, ir a dar una vuelta, recoger los excrementos de tu mascota, ..., en fin, una mierda de vida ..., pero ¿qué es necesario y que no?
Todo no se puede tener, hay que priorizar y posiblemente ahí esté el problema: lo queremos todo pero todo nos molesta y así no se puede vivir, es evidente.
Hemos hablado de lo importante que es elegir, en todo momento estamos eligiendo y en ello radica una vida feliz.
Si cuando estamos conociendo a nuestra pareja vemos algo que no nos gusta ... ¿por qué continuar? No dejes para mañana la resolución a eso.
Si no queremos tener hijos porque no queremos complicarnos la vida ... ¿por qué los tenemos?
Si la gente en general me molesta ... ¿por qué vivo en sociedad?
Si los perros no me gustan ... ¿por qué tengo uno?
Si aceptamos las situaciones que nos van ocurriendo no podemos después quejarnos de la vida, nuestra vida la creamos nosotros quizás sin creer en ella, pero es la que hemos elegido sin haber hecho una elección. La dejadez nos pasa factura antes o después y claro, podemos quejarnos, pero ya estaremos en una vorágine de sentimientos que harán que nos confundamos, nos desordenemos y nos precipitemos en nuestra forma de vida.
Y así nos va.
Comentarios
Publicar un comentario