El Arte de la Vida

Quizás la mejor obra que puede crear un artista sea la propia vida, no todas las vidas serán llamadas obras de arte ni todas las personas artistas pero hay vidas dignas de ser denominadas arte.

Las personas que viven de cierta manera crean arte, creen y hacen creer que se puede crear una vida llena de pasión, de ganas de vivir, de amor, de capacidad, una vida en la que van aportando todo lo que del corazón y de la cabeza, porqué no, les sale para crear la obra de arte más valiosa que un artista puede imaginar.


Expresar, cuando eres capaz de hacerlo, el amor que sientes hacia quien se lo ha ganado, criar, cuando eres capaz de hacerlo, a unos hijos frutos del amor, amar cuando parece que el mundo se vuelve en tu contra, hacer esperar a tu paciencia cuando la espera merece la pena, dar un paso adelante siempre que había que hacerlo, creer que hay otra manera de hacer las cosas y no ir por el camino por el que casi todos van puesto que no lleva a ninguna parte.

No todo el mundo es artista y no todo el mundo puede crear arte a partir de una vida.
Nos obsesionamos con aparentar, con hacer ver lo que no es, con imitar virtudes ajenas, con mostrar nuestro lado falso y realmente con todo esto lo que mostramos es una copia de cualquier obra que algún día vimos y nos pareció bien apropiarnos de sus valores y enseñarlos al mundo como si nuestros fueran. Pero no, no es original, es arte de mercadillo.

Esa vida que todo el mundo envidia, esa vida que a todo el mundo le gustaría vivir, por supuesto no exenta de problemas y llena de ingratitud, no está al alcance de cualquiera. Cualquiera puede vivir una vida pero cualquiera no puede vivir una determinada vida.

La vida creada por un artista lleva su firma, es decir, lleva grabada la forma de vida del autor, con su forma de afrontar la misma, con su forma de asimilar los problemas y darles solución si la tuvieren, con su forma de entender el fin de la vida sin dejar de crear nuevas vidas.

El arte de la vida empieza con el objetivo entendimiento de ésta, aprovechando lo que no da o dará para plasmar su significado en la forma de ser de un individuo capaz de realzar valores propios de la humildad y pobreza como valores reales de la vida más sobria y natural.

La vida, cuando se convierte en arte, no tiene precio, ni tan siquiera puede ser copiada porque las copias no serán ni parecidas. Nada se puede forzar, ningún artista creará forzado a hacerlo. En la vida hay que seguir una filosofía propia y personal y llevarla a cabo hasta el límite, ese en el que quien vive la vida de una determinada forma llamada arte tal vez se plantea si vale la pena seguir con la filosofía o no. Mi respuesta es que una filosofía pro vida siempre valdrá la pena, conformarse con las penas y caminar hacia donde todo el mundo camina es la forma más triste de vivir, sin preguntas y sin respuestas. Vivir siendo feliz siempre será mejor que vivir de una manera simple.

"La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa". Albert Einstein

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