Pensamientos, mentiras y maldad

A menudo la gente es conocida por su falta de capacidad, para lo que sea, principalmente para cositas buenas como entender, amar, ser sensibles, ayudar, ...
Esa gente común que vive y habita el mundo social que se ha creado tras la aparición de internet, redes sociales, smartphones y "sálvames" sólo posee la capacidad de no crear nada, ya sea la creación de un sentimiento o la creación de la propia vida.

Cuándo una persona insensible e incapaz ha decidido parar un momento a pensar, a pensar por qué, a pensar cuándo, a entender que la vida no depende sólo de ella, que no puede ir de puntillas por este mundo cuando se trata de arrimar el hombro, que las mentiras se cogen aunque quizás calle quien las coja, que no se puede aprovechar el declive ajeno para beneficiarte de alguna manera.

Estas personas que no razonan, que creen en la suerte y que su interés por la capacidad personal se reduce a hacer comentarios interesados encaminados a beneficiarse por encima de todo de manera exclusiva, cuando hacen un comentario, sin pensamiento previo, lo hacen pensando en que todo el mundo es como ellas, incoherente, incapaces, absurdas, y lo peor, todo innato.

Normalmente estas personas son envidiosas por aquello de la inferioridad que ellas mismas crean y creen, quieren estar a la altura de quienes no se preocupan por personas como ellas, lo que les crea todavía más inferioridad y envidia.

Los pensamientos de un ser humano coherente, solidario y capaz están siempre encaminados a la consecución de un bien, normalmente común, sus mentiras escasean debido a que no tiene otro interés que la propia verdad. Su maldad se reduce a la inocencia de no creer en ella por ininteligible, nunca, determinados tipos de personas, tendrán maldad y, si la pensasen, nunca la pondrían en práctica.


Una persona incompleta tiene dos opciones, o buscar completarse aprendiendo de todo aquello que le haga falta constantemente o desistir, cosa común por desgracia, de buscar ser una persona admirable aunque sea por unos pocos y envidiada por muchos.

Las guerras, mundiales o familiares, son creadas por la influencia de la maldad y las mentiras. Si en cada familia hay maldad, imaginaros en el mundo.

En el mundo no abundan personas capaces de todo solidariamente, por desgracia siempre existirá el interés personal, utilizando para ello mentiras y maldad sin pensar demasiado ... nos vayamos a arrepentir.

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