Cuestión de Criterio

Dentro de las capacidades que podemos poseer los seres humanos está el criterio, que es la capacidad que se tiene para comprender algo o formar una opinión. Como norma, el criterio es una pauta para conocer la verdad o falsedad de una cosa.
Por lo tanto el criterio ha de ser una capacidad fundamental de las personas, claro está, si se tiene. Las capacidades principales para llegar a tener una madurez propia de una persona capaz son, entre otras, la conciencia, la responsabilidad, la bondad y el criterio. Podemos ser más o menos inteligentes, pero la falta de inteligencia se suple teniendo otras capacidades más importantes que ésta, como las que he dicho, por ejemplo.

Tener criterio significa tener tu propia visión de la vida, de las situaciones propias o ajenas que cada día nos toca vivir, analizando los pros y los contras de estas situaciones y emitir, aunque sea de pensamiento, tu parecer sobre ellas.
Tener criterio es no dejarse llevar por nada, ni por nadie. Escuchar un comentario sobre una persona, oír una posible primicia, atender a quienes no conoces, en definitiva, no sacar tus propias conclusiones de diferentes cuestiones que sentiste sin haberlas corroborado.
Tener criterio es ser tú mismo, no guiarte por lo que los demás digan, tener la capacidad de escuchar diferentes versiones y entonces decidir, entender que rectificar no es un paso atrás, saber a quien conoces y a quien no, hablar de quien puedes y callar cuando no debes hablar.
Tener criterio no significa no escuchar, al contrario, hay que escuchar y sacar tus conclusiones. Diferenciar entre quien te hace ver lo que es y quien intenta hacerte ver lo que puede no ser. 
Tener criterio es no ir diciendo lo que otros te dijeron sin saber si es verdad o no, sin saber si se puede decir o no, sin saber realmente por qué hay que airear.
Tener criterio es callar en la mayoría de las veces y hablar sólo cuando sea estrictamente necesario, porque así te harán caso. Si hablas todo el tiempo, tus palabras dejarán de valer para los demás, si hablas tras meditar lo que vas a decir, tendrá sentido, si hablas por hablar, la sinrazón se apoderará de tu voz.


Por lo tanto piensa, medita y, cuando no haya más remedio, habla, eso sí, con criterio, de lo contrario, calla.

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