Maneras de Vivir

O las de ser, o las de hacer, o las de estar.

Todo se resume en cómo somos, pero ... ¿cómo somos?
Supongo que todo el mundo piensa que va por el camino correcto, que sus actos son bondadosos y que ejerce la empatía por donde va. También supongo que hemos de compararnos con el mundo, entender a toda la gente y obrar según nuestra conciencia. Supongo que criticamos en plan "sálvame" porque la ocasión lo merece y estamos justificados, supongo también que odiamos igualmente porque tenemos motivos, supongo que, cuando ya no tenemos nada que decir ni que hacer, nos volvemos hacia ningún lado. Ya dije que nuestra conciencia puede estar o no y puede ser grande o no. A partir de ahí, obraremos en consecuencia.
Si me baso en personas célebres de la humanidad y miro a Gandhi, a Jesús, a Einstein y a un sin fin de filósofos que un día pensaron y hablaron en voz alta para dejar una frase eterna, de esas del tipo "la naturaleza de los hombres es siempre la misma, sólo les diferencian sus hábitos", que constantemente analizaban al ser humano y veían la gran diferencia existente entre cada uno de ellos. ¿Diferencias? Miles. Para la gente, los "locos" son aquellos que parecen decir barbaridades si no las analizamos fríamente, porque si lo hiciéramos veríamos que tienen más razón en lo que dicen que cualquiera en lo que calla.


Podemos partir de una base estrictamente personal, diferenciando a las personas simplemente por la disposición personal al trabajo, por ejemplo, entendiendo que no todo el mundo es igual, eso está claro, los estudios o la formación, evidentemente tampoco todo el mundo es igual. La osadía, la valentía, la timidez o la cobardía también nos diferencian enormemente.
Vamos viendo que cada uno elige, y es libre de hacerlo, pero también es libre de rectificar, y eso cuesta.
Todo el mundo tiene, al menos, un problema, y solucionarlo está casi siempre en su mano. Los demás podremos notar ese problema, o no, depende de la forma de vivir de cada uno. Presumimos incluso de las desgracias, de los problemas, los nuestros siempre son mayores, igual que nuestros (posibles) éxitos. Pero algunos problemas "avergüenzan", los que no reconocemos, y es ahí donde compadecemos a los que sí los dicen cuando posiblemente los nuestros sean iguales o mayores.

Pero, ¿y por la forma de vivir? Aquí es donde más diferencias hay.
Fíjate en tí y en tu alrededor y busca las diferencias. ¿Siete? Siete mil diría yo.
Puedes ser de los que cogen la sartén por el mango o de los que esperan a ser servidos. Serás de los que cuentan chistes, es decir, alegre, o de los que ni ríen cuando se los cuentan. Serás de los que pidan consejos o de los que los den. Hay mil formas de vivir.
Mira, está la persona acertada y la que no sabe acertar, está la persona que desde la prepotencia intenta dominar su mundo y la que desde la humildad ayuda a crear una vida sin opresiones.
Hay quien le gusta hacer todo bien y así lo hace y está el que dice "así mismo". Quien le gusta dormir diez horas y quien con cinco le basta. Quien se conforma con todo y en quien abunda la disconformidad. Quien quiere al menos intentar hacer lo correcto y a quien le vale cualquier hecho.
El inconformismo nace precisamente de querer vivir de una determinada forma, no ha de ser absoluto, pero ha de existir cuando la injusticia aparece en tu vida. La falta de conformidad debe ser contra lo injusto, contra lo mal hecho, no contra todo. Estaremos equivocados si nuestro inconformismo es contra el mundo.
Y aparentemente podemos vivir también de muchas formas, podemos ser por fuera todo aquello que queramos ser, sólo hace falta fingir, pero por dentro seremos como somos, ahí no habrá apariencias, hay sólo está nuestra forma de ser, única y personal.
Seremos de los que vean la objetividad y coherencia de la vida o no, seremos los que buscaremos la calma cuando sea necesario o no, seremos de los que engordan sin comer, o no.

Y si hay que fingir, se finge, pero proclamando felicidad, tragándonos los problemas y repartir alegría, porque hay que ser solidarios y eso no cuesta dinero. No ser siempre el protagonista de nuestro cuento, dejar que los demás lo sean, del suyo, es una opción.
Aceptaremos todas las situaciones que nos lleguen o no y, en consecuencia, afrontaremos responsablemente, o no, todo depende de nuestra elección para vivir.
Quizás sea una pena que nos eduquen de determinadas maneras, buenas y malas, pero nunca ha de ser tarde para decidir con personalidad qué camino queremos coger y si no estuviéramos en él, rectificar y coger la senda buena.

Realmente la naturaleza nos dio el miedo para morir, todos los demás miedos se pueden superar, el miedo a morir se asume cuando llega la hora, sólo eso.

Comentarios

Entradas populares