La singularidad humana

Conocemos a muchas personas, casi todas no llaman nuestra atención por aquello de que son corrientes y de que su lógica no va más allá del sí o del no, y cuyo refugio moral es la conformidad de adaptarse a todo, les guste o no, si se adaptan, están a gusto.
Hay otras a las llamamos "raras" por ser infrecuentes, y su complejidad en ciertos aspectos nos llama la atención, suelen ser disconformes con muchos aspectos de la vida y eso las hace distintas. Nunca seguirán a la corriente, estas personas suelen ir a contracorriente.
Entre las personas "raras" hay quien debe su rareza a la sencillez de su intelecto y al contrario, a quien su intelecto no le deja ser "normal" por su complejidad más o menos aparente.

Pero nunca una singularidad personal ha de ser excusa para no integrarse en la sociedad, por mucho que cueste. Precisamente esa persona ha de entender que ha de mezclarse con el mundo aunque crea que es diferente a los demás. La gente común hace esfuerzos para dejar de criticar o cotillear y la gente diferente debe de hacer esfuerzos para intentar integrarse socialmente y no entrar en críticas o cotilleos aunque quiera hacerlo.


A cuantos queremos hay que quererlos como son, con sus cositas buenas y las no tan buenas, con su forma de vestir y de peinarse, con los kilos que pesen y con los andares que tengan. Precisamente el entender que cada uno es como es es la razón principal del amor.
Si pretendemos que a quien queremos sea como nosotros queramos que sea vamos mal. Un día nos fijamos en una persona que nos gustaba por varios motivos, ninguno impuesto por nosotros, y dejó de gustarnos el día que acabó moldeada por nosotros, ¿por qué? tan fácil como que dejamos de ver en esa persona esos motivos que nos enamoraron y que por moldearla a nuestro gusto dejó de tener.

Ya digo, esas personas diferentes por hacer de su personalidad su identidad, hacen que la vida tenga sentido y el mundo las necesita. Piensa en cómo eres y qué personas te motivaron desde tu infancia: qué compañero y por qué, qué profesor, qué vecino, qué familiar, ..., todos tuvieron una cualidad que les diferenciaban del resto y que te atraía. Eran, simplemente, diferentes.

Pienso que en el fondo todos queremos personas singulares en nuestras vidas, que nos aporten motivaciones, al menos, para poder entenderlas, y que le den sentido a la misma. De nada sirve llevar una velocidad constante, algunas veces hay que parar y otras acelerar incluso saltándose las normas.
No se trata de ser único, se trata de que seas tú. No se trata de dejar de conformarte con todo, se trata de mostrar disconformidad cuando haga falta realmente. Nunca alguien que llegó a algún sitio fue una persona común aunque lo pareciera. Nunca alguien que quiso ir dejó de ir.

Así pues, cuando veamos a esas personas singulares, no debemos decir ni justificar su rareza con frases como "qué rara es" ni "es que es así de rara", más bien, agradecer al mundo que haya gente así, diferentes y con rarezas más que asumibles por todos.

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