Miedo a Morir

Quizás todos los humanos tengamos, en mayor o menor medida, miedo a morir. No asimilamos que es un proceso mas de nuestra vida, que lo mismo que nacemos hemos de morir, y tampoco nos damos cuenta que entre una situación, nacer, y otra, morir, es cuando tenemos que vivir, eso es lo realmente importante.

El tiempo que nos dan para ello, para vivir, es indefinido. Nadie sabe cuántos años vivirá, para tener la posibilidad de dejar las vivencias para mañana, pero no, nadie lo sabe y mañana puede ser tarde.
Tenemos unos objetivos en la vida muy materialistas. No digo que no haya que trabajar, que por desgracia hay que hacerlo, no digo que no haya que estudiar, no digo que no haya que pasar por situaciones indeseables, pero lo que sí digo, rotundamente, es que hay que vivir, y vivir disfrutando.
Está al alcance de todos, pero sólo los valientes lo entienden.
Esos que dicen "yo disfruto en un sofá viendo la televisión" es mentira. Puede que un ratito guste pero toda la vida ...
Pero también hay que entender que disfrutar de la vida no tiene que ser viajar, disfrutar de playas paradisíacas, comer en los mejores restaurantes, ..., no, estaríamos equivocados si pensamos eso. Disfrutar de la vida es saber qué haces y gozar con ello. Hay quien disfruta trabajando, quien disfruta haciendo deporte, quien disfruta sentado frente a un ordenador sin mirar nada ...
Pero no nos engañemos, sabemos qué es disfrutar y no todos lo hacemos. También sabemos qué es morir ... y todos lo haremos.


Posiblemente, el miedo a morir sea la consecuencia de no haber disfrutado viviendo. Cuando llega un momento angustioso y nos paramos a pensar en qué hemos hecho nos entra ese miedo que nos demuestra que nunca tuvimos el valor necesario que la vida exige.
Esa valentía puede mostrarse mediante mil formas, nunca la maldad fue su aliada, sí la bondad. La valentía no es tener furia o ganas de revancha, la valentía es dar pasos, esos que se dan cuando la vida te llama y que nunca serán en falso.

Y para vivir, irremediablemente, hay que tener inteligencia. No digo mucha, digo inteligencia. Dentro de la inteligencia que cada uno tiene hay muchas ramas. Podemos ser muy bueno en matemáticas y muy malos en geografía. La vida es igual. Nunca una persona carente de determinada inteligencia ha de renunciar a disfrutar de la vida. Todos sabemos cuánto es uno más uno, todos sabemos cuál es el camino correcto. Que lo cojamos o no es problema nuestro.
Si tenemos al lado a una persona que no nos acompaña en el camino no estamos siendo inteligentes. Desechar es inteligente, guardar lo inservible es de necios. Por eso, durante la vida, cuando vemos algo que nos motiva hay que disfrutarlo, exprimirlo cada día para que sigamos gozando. Y lo contrario, cuando algo nos quita vida hemos de descartarlo de ella y buscar nuevas motivaciones. La vida, quizás, no acaba hoy, así que tengo que buscar alegrías y satisfacciones para mañana.

¿Por qué esperamos a tener una mala noticia para intentar disfrutar de la vida? Es complicado. Cuando una persona elige una filosofía no ha de cerrarse la mente. Es difícil en nuestros tiempos no darle importancia al dinero o al trabajo pero más difícil es no darse importancia a uno mismo, a que uno sea feliz.
Si cuando tienes una determinada edad se te aparece esa mala noticia, no vas a cambiar tu forma de ser o tu forma de vivir. Si elegiste ser un desgraciado seguirás siéndolo, si por el contrario elegiste disfrutar de la vida, seguirás haciéndolo. Nada cambia.

El que vive y disfruta se va tranquilo, se va sabiendo que quizás pudo hacer más pero que lo que hizo fue más que suficiente. Lo que hizo lo hizo sabiendo que lo hacía, y sabiendo por quien. Lo demás, no importa.

"Después de todo, la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida". Mario Benedetti

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