Quien calla ... ¿otorga?

A veces uno calla y otorga, otras, uno calla por mantener la calma social, la calma familiar o para darle la oportunidad a cada uno de decir lo que tenga que decir antes de que uno diga la verdad, toda la verdad y nada mas que la verdad. Permanecer agachados y silenciosos esperando que llegue la tormenta hace dudar de la valentía de una persona. Retirarse de la tormenta también habla de la cobardía de la persona. ¿Qué queremos? ¿Por qué hablamos? ¿O por qué no? Sólo el que permanece aguantando la tormenta es el que se moja, y se moja mucho. Sólo esa persona dirá después cómo fue la tormenta, sólo esa persona podrá hablar y, además, con toda la razón.

Tirar la piedra y esconder la mano no es propio de valientes, está claro, los valientes viven la vida enfrentándose a lo incorrecto, a lo desfavorable, a lo inadecuado y a lo improcedente con tal de que la vida sea lo más justa posible.

La vida nos presenta de vez en cuando problemas o situaciones tan surrealistas como injustas que nos demuestran, por si nos quedaban dudas, que la vida no es un camino de rosas por más que nos empeñemos en que así sea. Un surrealismo tal que se le quiera dar la vuelta a tu propia personalidad, haciéndote ver el negro donde siempre viste blanco, queriendo que seas como nunca fuiste. Un surrealismo que busca que te creas las mentiras, que te hagas el sordo y el ciego, para no escuchar y para no ver lo que realmente sucede, para no ver la verdad.

Hacer ver al bueno como malo, hacer creer que sus bondadosos y desinteresados actos forman parte de una trama para acceder a un poder totalitario desde donde controlar cada movimiento de toda persona afín a una causa injusta demuestra la bajeza de quienes lo quieren hacer ver, más aún cuando hay personas que entran en ese juego y ven al bueno como malo, ven en sus actos maldad oculta tras una apariencia de ángel de la guarda.

Es triste saber que por muy bien que uno actúe hay que personas que nunca verán tu bondad ...

¿Quién dice la verdad? Evidentemente la verdad no depende de que se diga o no, la verdad es objetiva, es sabida por los vivos ... los muertos ya no pueden rebatir la verdad.

Escudarse en un descuido, en un "no me enteré", en un "he estado muy ocupado" ... muestra el grado de implicación de una persona con un problema o situación. Las excusas nunca fueron amigas de la sinceridad.

Quizás la vida nace cuando uno empieza a ser feliz y pese a los contratiempos infelices que uno se va encontrando por el camino, la vida ha de seguir viva, no puede morir en vida, no puede dejarse llevar por aquellos a quienes no les importa tu vida

¿Qué es de aquel que calla por no complicarse la vida? Un indignado que no habla no merece soluciones, un indignado que no lucha realmente no tiene indignación.

¿Cuándo un silencio fue más importante que una explicación?

Esa bondad desinteresada nunca debe ser recibida por los demás, principalmente por los que son beneficiarios de ella, como un insulto, como una descortesía propia de indolentes sino todo lo contrario.
Lo más fácil en nuestra vida es dejarse llevar, dejarse llevar por una persona, por una tendencia, porla moda, por donde los demás van, ..., lo difícil es ser tú mismo, ser coherente, ser sincero, ser y no parecer.

¿Qué sé yo? Quizás sólo sea un sueño ...