30 de abril

Ya no puedo decir eso de "cumpleaños feliz" porque ya no lo es. Ahora es muy diferente, ahora voy a tu nueva casa a ponértela bonita.
Ya la tienes lista, te he puesto los claveles que te gustaban, rojos, lo he dejado todo limpio (también como te gustaba) y he estado un ratito pensando delante tuya.


Me gustaría poder contarte que después de irte hemos sido una familia feliz, pero no puedo hacerlo porque te mentiría. Somos lo que siempre hemos sido, posiblemente ni mejores ni peores. Es verdad que en tu despedida estuvimos todos juntos y fue bonito pero ahí acabó todo.
La realidad es la que es y no pretendo cambiarla, sé que me entenderías y con eso me basta. Quizás veo las cosas desde un punto de vista por el que los demás no miran, ellos ven la situación desde otro ángulo.

Esperaré que mi amigo, el tiempo, me diga si me equivoqué o no porque por lo que veo sólo el tiempo me lo dirá, nadie más.

Que ya te digo, que todo era mentira y que sigue siéndolo, que sabes que dentro de tu tozudez te apoyaba tras intentar hacerte entrar en razón.
Que no te entendí en ciertas cosas que ahora voy entendiendo porque me toca a mi vivirlas de primera mano.
Que te he dejado mi altar, tu casa, como sabías que lo haría y no sé si otros por lo menos se llegarán a verte.
Que me acuerdo de ti cada día, que me enseñaste mucho y quizás no sabíamos ninguno de los dos que me enseñarías tanto, y que puedo presumir y presumo de nuestro tiempo juntos, sobre todo de los últimos tiempos porque ahí estaba yo, contigo.

Realmente la vida de los demás no debe importarme, sólo debe hacerlo la vida de las personas que me quieren, sin ellos, los que me quieren, mi vida no tendría sentido y a ellos me debo. Sé que mi vida te importaba y cuánto lo hacía la de los demás. Digo siempre que tenías gente alrededor pero que estabas sólo.

Hasta luego chaval.

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