La vida te da y la vida te quita
Nuestra sociedad, tan carente de amabilidad y generosidad como tan abundante de egoísmo e interés, camina siempre por el camino por el que menos daño reciba, sin jugarse nada, sin arriesgar, sabiéndose merecedora de obligaciones ajenas, de falsas jugadas ganadas o de errores a olvidar y no a corregir. Nos vamos exponiendo a juicios tan innecesarios como inadmisibles, pero la gente es así de simple. Necesitan curar su dañada alma a costa de quien sea, da igual lo que hayas hecho, da igual como hayas sido, dan igual esos miles de buenos actos porque, cuando cometes uno malo a ojos de los demás, todo lo que hiciste se habrá olvidado. Serás señalado y sentenciado. Nunca pensamos en los demás, siempre en nosotros. Analizamos las razones que pueden llevar a cualquier persona, la conozcamos o no, a tomar cualquier decisión en su vida, juzgándola y sentenciándola si la decisión que tomó no nos satisfizo. Nuestra vida, nuestras decisiones, en cambio, siguen yendo por esa senda llena de errores