Lo primero es lo primero

No puede pasar desapercibido la gran manifestación con motivo de la Diada y que congregó a una cantidad más que suficiente para, por lo menos, hablar de la independencia que Cataluña quiere.

Es sumamente difícil que puedan conseguirla aunque el anhelo de tenerla sea tan grande que para el resto del pueblo español nos llegue al menos un sentimiento de entendimiento objetivo para comprender el por qué de ese deseo de independencia.

Puedo entender ese sentimiento de independencia, más aún cuando mi dios Guardiola da su voto para la causa, pero me cuesta creer que ese sentimiento tenga duración en el futuro lo que implicaría su disolución a medio o largo plazo. ¿Por qué? Es muy complicado, muy complicado por muchísimas razones y sobre todo porque todo esto no son más que armas políticas para posiblemente esconder una desastrosa gestión de los políticos que durante los últimos treinta años han gestionado el futuro de esa región. El rescate que el gobierno de Mas ha pedido al fondo autonómico no hace más que demostrar que no están preparados para la independencia, pueden decir ahora que la culpa es del gobierno central, de unos o de otros, pero la realidad es que ha sido la primera autonomía en pedir dicho rescate por lo que esta manifestación me suena a todo menos a independencia, me suena a otra maniobra de los políticos para ocultar su nefasta gestión.

Yo no quiero ser catalán, no comparto sus posturas aunque entienda su forma de ser, no comparto el egoísmo autonómico por encima de los demás, yo soy español pero no se me va la vida en ello, yo bastante tengo con mi hogar para meterme en el hogar de los demás. Mi pregunta es ¿podrá el catalán agobiado por la hipoteca pagarla fácilmente si logra la independencia? ¿Será más feliz a largo plazo?