Protestas, Ramos y el adiós político
Las protestas sociales, cada día más comunes y usadas en nuestro país, no hacen más que demostrar que pataleamos sin sentido buscando algo que se fue y que es tarde para recuperarlo.
En España nos quejamos por todo independientemente si la queja está fundamentada o no. Yo estudié E.G.B. en una clase con treinta y uno o treinta y dos alumnos a los que nos daba clases un sólo profesor y no pasaba absolutamente nada. La sanidad en esos tiempos era prácticamente de primeros auxilios y los perros vagabundos abundaban en las calles. Eran los años 80 y posiblemente España era más feliz que ahora.
Nos creemos dignos de merecer los derechos que con el paso de estos años se han ido adquiriendo, mejor educación, mejor sanidad, mejor salario, ..., pero sólo luchamos por ellos cuando nos los quitan, aprovechándonos egoístamente de ellos cuando "otros" no los podían tener. La "gratuidad" de los derechos logrados por otros nos daban un estado social alto en el siglo XXI por encima de nuestras posibilidades en comparación como digo con los años 80, y, evidentemente, antes murió Franco y ahora muere España.
Ahora somos europeos, con todo lo que ello conlleva y por mucho que protestemos no pintaremos nada, sólo graffitis absurdos a la altura del arte que llevamos dentro, a la altura de la cultura actual que sólo sabe protestar sin saber por qué, pero aún así, protesta.
Otro adjetivo común en nuestra sociedad, la envidia, aparece ahora hasta en los más altos estamentos económicos de ella como es el fútbol con la arrogancia portuguesa llamada Mourinho. Claramente odia a los españoles y prioriza sobre todas las cosas el éxito portugués a cualquier otro. La ha pagado con Ramos y eso tendrá consecuencias en próximo verano. Xabi, Casillas, Arbeloa, Higüain, Marcelo, Ozil, Kedhira y el propio Ramos harán lo justo para que esta temporada sea la del fracaso del entrenador y ponga rumbo a su "querida" Inglaterra para emprender una nueva aventura y donde le permitan poner en práctica su arrogancia portuguesa, baja, barriobajera y envidiosa. Cuando se vaya, un tonto menos en España y todavía nos quedarán muchos por "echar de menos".
Y se fue la esperanza de seguir viendo a Esperanza al frente de la comunidad de Madrid. Política a la altura de un país, ha gobernado la comunidad madrileña con capacidad y jerarquía. Sus motivos parecen ser la salud, aunque ha tardado demasiado en darse cuenta, y pienso que es digno que lo haga, que un político se retire en la cima, con una mayoría absoluta y sin que ningún proceso político le haya empujado a hacerlo. Otra menos.
España seguirá protestando, alabando al Real Madrid y viendo pasar políticos por sus organismos, eso no cambiará, pero de España cada vez va quedando menos.
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