Un nuevo día, una nueva oportunidad

Caminamos por la vida normalmente sin un rumbo fijo desperdiciando todas aquellas oportunidades de ser dignos que la misma nos presta, escondiéndonos de las responsabilidades y mostrándonos en las irresponsabilidades. Podemos perder mil oportunidades diariamente pero mañana empezará un nuevo día, un día para corregir, un día para aprovechar las ocasiones que se nos presenten.
Para aprovechar esas oportunidades hay que tener un momento de reflexión en el que analicemos nuestra conducta diaria, qué hicimos bien y qué hicimos mal para poder enmendar nuestros errores.


Nuestro primer fallo es buscar a alguien sin saber a quién buscamos exactamente. Dar con la persona adecuada puede ser suerte o puede ser saber hacer. Tendremos amigos, tendremos pareja, tendremos conocidos, tendremos compañeros, tendremos tantos que si no escogemos bien nuestra vida puede verse obligada a rectificar cada día sin saber qué hicimos mal, sólo por una mala elección. Cuando empecemos a relacionarnos hemos de saber también quiénes somos y entender en consecuencia como debe ser la vida.
Si nos cuidamos de cuidar tendremos todo aquello que queramos tener, si queremos ser movidos por el viento sin corazón y sin sentido común nuestro cuidado estará en defendernos de que la multitud no nos pise. No se trata de ir en contra del viento pero, cuando haya que ir, lucharemos para llegar a ese punto aunque el viento nos lo quiera impedir.

En la mayoría de los casos, apenarse y lamentarse por las ocasiones perdidas no impide que se vuelvan a tener, creo que siempre habrá una oportunidad que, buscada por ti o dada por el destino, te haga valorar lo que perdiste y, al menos, aprender de la experiencia.
La propia vida y lo que ella conlleva, hay que vivirla con libertad, bondad y personalidad, que todo aquello que no hagamos sea porque nosotros mismos nos lo hemos prohibido tras entender que ese no era el camino. Evidentemente hay que rechazar oportunidades porque todas no serán válidas.

Y volverá a llover, y la lluvia parecerá no acabar nunca, pero saldrá el sol cuando ya creías que no volverías a ver destellos de luz, que no verías florecer, que la vida se iría apagando y no, siempre hay un día en el que todo cambia, las oportunidades siempre llegan a todo el mundo y hay que saber aprovecharlas.

Cuando nos vemos "obligados" a elegir entre el amor y en rencor, tenemos la oportunidad de reiniciar ese sueño que queramos tener, ¿por qué elegir el rencor? Ya digo, ha de prevalecer entre todo la libertad de elección, la libertad de ser, la libertad de amar sin que necesariamente tengan que amarte. 

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